Hay un complejo de templos en lo más profundo de la selva virgen de Camboya que se construyó con cuatro veces más piedra que las pirámides. Las piedras brillan al tocarlas y los edificios parecen "flotar" sobre el agua. Angkor Wat es una de las ciudades más grandes y misteriosas de la historia. Recientes escaneos láser han desvelado secretos asombrosos sobre esta ciudad perdida y las increíbles proezas de ingeniería que la han mantenido en pie durante casi mil años.
El "descubrimiento" europeo y las primeras maravillas
La historia de cómo Angkor Wat se dio a conocer en Occidente comienza con António da Madalena, un explorador portugués que fue allí en 1586. Este fraile capuchino fue la primera persona de Occidente que escribió sobre Angkor. Viajó por tierra desde Goa hasta Camboya. Contó al historiador Diogo do Couto una vívida historia sobre los hermosos edificios que vio. Madalena dijo que la estructura era tan asombrosa que las palabras no podían hacerle justicia, y señaló que ninguna civilización anterior había construido nada parecido. Dijo acertadamente que la avanzada arquitectura procedía de la India, lo cual es muy diferente de lo que la gente de Europa pensaba entonces, que era que Angkor había sido construido por gente como Alejandro Magno.
Pero en aquella época, los europeos no tomaron en serio los escritos de António da Madalena, que fue ignorado durante cientos de años. Tuvieron que pasar casi 300 años para que otro explorador volviera a dar a conocer Angkor a Occidente.
El naturalista francés Henri Mouhot salió de Londres el 27 de abril de 1858, a la edad de 31 años. Se inspiró en los escritos anteriores de Madalena y emprendió una expedición al sudeste asiático. Tardó tres años en llegar a Angkor Wat, sobre todo porque en 1860 buscaba insectos extraños en la zona. El viaje le marcó profundamente. Mouhot escribió en su diario que encontrar este templo fue como encontrar un oasis en el desierto, salir de la oscuridad a la luz. Dijo que era "la magnificencia del templo sagrado de Salomón combinada con el genio artístico de Miguel Ángel, superando con creces todo lo que la antigua Grecia y Roma nos habían legado."
Mouhot no podía entender cómo un edificio tan grande podía haberse construido con tanta perfección. Le asombraban la fina artesanía, los intrincados diseños y los relieves. La escala era tan enorme que se preguntó qué civilización podría hacer un arte tan bello y, lo que es más importante, quién trasladó millones de piedras hasta este lugar en medio de bosques tropicales y pantanos.
Lamentablemente, el joven explorador murió de fiebre en Laos en 1861, justo después de hacer el descubrimiento al que había dedicado su vida. Pero gracias a sus detalladas notas y dibujos, los arqueólogos occidentales acudieron en masa a la zona y empezaron a descubrir los misterios de este patrimonio humano.
¿Cómo se medía el tiempo en la Antigüedad y qué decía la cosmología hindú?
Cuando los arqueólogos llegaron allí a principios del siglo XX, descubrieron que la zona estaba cubierta de espesa vegetación. Encontraron más cosas interesantes a medida que la despejaban. Descubrieron que esta enorme área de 400 hectáreas no era sólo un templo...
En las culturas antiguas, el agua era muy importante, y Angkor Wat es un buen ejemplo de ello en el hinduismo. El gran lago de la entrada era un canal artificial que los hindúes utilizaban para lavarse y limpiarse antes de subir las escaleras del templo. Las abluciones musulmanas, los bautismos cristianos y los baños fluviales paganos antes de los rituales utilizan el agua para limpiarse de forma similar.
Cada centímetro del templo estaba perfectamente tallado, con enormes salas conectadas entre sí, enormes columnas que sostenían el enorme edificio y diseños inspirados en la mitología hindú. Por ejemplo, los relieves de 200 metros de largo muestran las ideas hindúes del cielo y el infierno, que son similares a las islámicas. Sin embargo, los hindúes no conciben el cielo y el infierno como lugares donde la gente se queda para siempre. En cambio, hacer cosas buenas en esta vida puede llevar a ir al Infierno o al Cielo en la siguiente. Incluso si vas al Infierno, hacer cosas buenas allí puede llevarte de vuelta al Cielo. La vida pasa por ciclos buenos y malos una y otra vez hasta que alguien rompe el ciclo y alcanza el Nirvana.
Los relieves muestran demonios en el Infierno que se encargan de hacer que las personas que hicieron daño a otras en sus vidas pasadas vuelvan a hacer las mismas cosas. Por ejemplo, si alguien puso una estaca en la nariz de una vaca en una vida pasada y la arrastró, causando dolor, el Infierno le castigaría de la misma manera atándole un anillo alrededor de la boca. Cuando alguien muere, es juzgado en la Tierra. Si es un pecador, va al Infierno, donde es torturado. En el Cielo, en cambio, hay cosas divertidas que hacer, casas más grandes y más dinero.
La revolución LiDAR de 2012: Desvelando la ciudad secreta
Las obras de restauración de Angkor Wat avanzaron rápidamente a lo largo del siglo XX. Al mismo tiempo, salieron a la luz los registros de la estancia de un diplomático chino en la zona durante un año en el siglo XIII. El emperador Temür Khan envió a Zhou Daguan en misión diplomática a Angkor en agosto de 1296. Permaneció allí hasta julio de 1297. Afirmó que la zona era la ciudad más grande y más poblada que había visto nunca, y habló de una enorme ciudad comercial construida con un sistema de canales. La afirmación del diplomático de que Angkor Wat era muy grande no era cierta, por lo que los expertos franceses en restauración ignoraron estas notas al principio.
Pero la precisión de Zhou Daguan quedaría demostrada en los años venideros, especialmente con la llegada de la tecnología LiDAR (Light Detection and Ranging). Los arqueólogos australianos Roland Fletcher y Damian Evans decidieron escanear la zona desde arriba con tecnología LiDAR en 2012. Lo que encontraron conmocionó a toda la comunidad científica. Angkor Wat era solo una pequeña parte de una ciudad muy grande.
Los arqueólogos solían pensar que lugares como el Templo Bayon y el Templo Ta Prohm no estaban conectados, pero ahora saben que eran algunas de las partes más importantes de esta enorme ciudad. El templo Bayon era en realidad el centro de esta zona. LiDAR encontró otro asentamiento cerca de Angkor Wat que era unas cinco veces más grande que Angkor Thom. También había una cuenca de agua artificial alrededor de esta área de 9 kilómetros. Tenía 13 kilómetros de largo, 100 metros de ancho y 4 metros de profundidad.
El LiDAR mostró algo más que los bosques de la zona. Mostraba que había miles de canales enterrados bajo tierra que albergaban cientos de templos que los árboles se habían tragado. Zhou Daguan estaba en lo cierto. Hace unos 1.000 años, la región de Angkor era una ciudad verde autosuficiente con una población de entre 750.000 y 900.000 personas. Si piensas en lo grande que era la zona comparada con Londres, que era una de las mayores ciudades de Europa en aquella época y sólo tenía unas 50.000 personas viviendo allí, te harás una mejor idea de lo grande que era.
Estos canales, que estaban conectados por miles de canales de agua como Venecia, servían para algo más que para desplazarse. También llevaban agua a los pequeños campos de la gente frente a sus casas. En las zonas de clase baja, se utilizaban como piscinas comunes, pero en las de clase alta, como piscinas privadas y lugares de pesca.
La maravilla de la ingeniería en la gestión del agua
El enorme West Baray, que es la mayor cuenca hidrográfica artificial del mundo, responde a las preguntas sobre el origen del agua. La cuenca tiene 8 kilómetros de largo, 2,1 kilómetros de ancho y 10 metros de profundidad. Este enorme lago artificial se construyó para albergar 53 millones de metros cúbicos de agua, de modo que la antigua ciudad pudiera obtener el agua que necesitaba. También hay otras cuencas hidrográficas que abastecen a la ciudad. Las fotos de satélite muestran otro lago artificial de 3 kilómetros de largo. El templo de Neak Pean está en una isla artificial en medio del lago. Los restos del enorme lago artificial Eastern Baray están justo debajo.
Sabemos que la superficie total de la ciudad de Angkor Wat es de casi 1.000 kilómetros cuadrados. Si pensamos en lo grande que es Estambul, que tiene 5.800 kilómetros cuadrados, la escala resulta más clara. Esto significa que fue la ciudad más grande jamás construida antes de la revolución industrial.
La investigación con LiDAR mostró cómo funcionan juntos los grandes templos y los canales de agua de la ciudad. Los escáneres mostraron que los fondos de los templos tenían diferentes agujeros y cámaras. Según lo que sabemos, el agua de los canales llena estas cámaras y se mezcla con la arena de la base del templo, lo que hace que floten de una determinada manera. La arena que compone el suelo bajo los cimientos de piedra permanece húmeda todo el año porque procede de las aguas subterráneas y los sistemas de riego. Los terrenos del complejo de Angkor han podido sobrevivir durante casi 1.000 años gracias a este sistema, que los ha mantenido siempre a salvo de inundaciones y sequías.
Los terrenos de Angkor Wat se construyeron para trabajar con el agua, no contra ella. La solución para construir en un lugar que podía pasar de estar inundado a tener grietas en el suelo fue excavar toda la zona y rellenarla de arena. El objetivo era que este lecho de arena estuviera siempre húmedo para que la obra fuera estable. El enorme foso que rodea el complejo recoge toda la escorrentía de los terrenos del templo y evita que la arena se seque durante la estación seca, cuando el agua subterránea no es suficiente. En resumen, Angkor Wat se construyó como un barco que flotara en un océano pantanoso y arenoso.
Para evitar que el centro de la ciudad se inundara durante las últimas estaciones de los monzones, utilizaban canales principales para trasladar el agua a enormes embalses, que impedían que las crecidas llegaran al centro de la ciudad. Gracias a estas inundaciones, podían pescar y regar sus arrozales cerca de sus casas. La zona del templo ha resistido el paso del tiempo durante más de 1.000 años gracias a estos sistemas hidráulicos, y nunca se ha derrumbado.
Construcción y arquitectura sagrada
El rey Suryavarman II (1113-1150 d.C.) empezó a construir Angkor Wat en 1122 y lo terminó en 1150. El rey construyó el templo en la capital como templo estatal al dios hindú Vishnu. Según las inscripciones, tardó entre 30 y 37 años, 300.000 obreros y 6.000 elefantes.
El monumento estaba formado por entre cinco y diez millones de bloques de arenisca, cada uno de los cuales pesaba hasta 1,5 toneladas. La arenisca procedía del monte Kulen, a unos 40 o 50 kilómetros de distancia, y se trasladaba mediante un sistema de canales. Uno de los misterios más asombrosos es que los bloques de piedra se apilaron perfectamente sin cola ni mortero. Ni siquiera se puede introducir una cuchilla de afeitar entre las juntas porque están muy apretadas. Los bloques de arenisca se moldeaban toscamente en la cantera y luego se trasladaban a la obra, donde se terminaban de moler en seco.
Las piedras tienen una combinación única de elementos. El material utilizado en Angkor Wat no se desgasta cuando la gente lo toca, como ocurre en los templos o lugares históricos. Al contrario, se pule y se vuelve más brillante. Cuando la gente toca estos diseños sagrados, parecen brillar más, como si hubieran sido pulidos. Es un detalle muy bien pensado.
La estructura se construyó para mostrar no sólo el reino terrenal, sino también cómo está alineado el cosmos. El templo se construyó para alinearse con la salida del sol en los equinoccios de primavera y otoño. Al amanecer, el sol sale por la parte superior de la flor de loto situada en el centro del templo. El edificio también tiene relieves que muestran el calendario solar de 365 días y el calendario lunar hindú de 27 días. Es un ejemplo asombroso de cómo la religión y la ciencia pueden trabajar juntas.
El cambio y la caída
Los cham, enemigos tradicionales de los jemeres, saquearon Angkor tras la muerte de Suryavarman II en 1177. Jayavarman VII resucitó el imperio jemer. Convirtió Angkor Thom en la nueva capital y el Bayon en el templo estatal. Jayavarman VII fue el primer rey jemer budista. Construyó el Bayon como tributo al budismo. Con el tiempo, Angkor Wat dejó de ser hinduista para convertirse en budista.
Los sucesores de Jayavarman VII estropearon el mantenimiento de los sistemas de canales y se alejaron de la ciencia, lo que provocó el declive de la ciudad. Debido a este error, las principales venas de la ciudad se bloquearon y, con el tiempo, las casas y los campos de la región exterior también se vieron afectados. La ciudad comenzó a desplazarse hacia el exterior. El reino se debilitó a causa de las guerras religiosas con los países cercanos, y Angkor Wat fue saqueado.
La caída de Angkor se debió sobre todo al cambio climático. Los anillos de los árboles muestran que hubo una gran sequía a mediados del siglo XIV, luego fuertes monzones y después otra sequía. El problema no era sólo la sequía o la inundación, sino la variabilidad entre ambas. El sistema de abastecimiento de agua se estropeó debido a las fuertes lluvias monzónicas de verano y a un mantenimiento insuficiente. Esto probablemente aceleró el abandono de la ciudad. Después de que ocurrieran estas cosas en 1431, la ciudad quedó completamente desierta, los sistemas hidráulicos se estropearon y la zona fue tomada por los bosques.
Conclusiones: Lo que podemos aprender del pasado
El hecho de que los templos no se derrumbaran y siguieran en pie hoy en día, a pesar de haber sido devorados a lo largo de los años, es otro milagro de la ingeniería. Antes de la revolución industrial, Angkor era la ciudad antigua más grande del mundo. Estaba mucho más avanzada en cuanto a infraestructuras logísticas e ingeniería que la mayoría de las ciudades modernas actuales.
La historia de Angkor nos muestra que podemos construir una ciudad que perdure incluso en una selva, y que pueda albergar a casi un millón de personas hace mil años, si valoramos la ingeniería, la ciencia y el conocimiento. También muestra cómo la naturaleza destruirá enormes imperios y ciudades cuando el desarrollo se detenga, la gente se interese menos por la ciencia y la codicia de poder conduzca a la corrupción.
Angkor es ahora la principal atracción turística de Camboya y motivo de orgullo. Muchos países colaboran en las obras de restauración y excavación de la zona. Esta carrera por desentrañar los secretos de las maravillas de la ingeniería es uno de los mejores ejemplos de lo que la gente puede hacer cuando colabora en nombre de la ciencia.