Un filósofo que decía que los números eran el lenguaje del universo reunió a un grupo secreto de personas en las polvorientas calles de la antigua Grecia. Pitágoras de Samos (c. 570-495 a.C.) fundó algo más que una escuela de matemáticas. Creó una hermandad mística que combinaba ciencia, filosofía, música y disciplina espiritual en una nueva forma de vida.
El viaje sagrado: Egipto, Babilonia y más
Los oráculos de Delfos predijeron que Pitágoras, nacido en Samos hacia el año 570 a.C., haría grandes cosas por la humanidad. Desde muy joven vio patrones matemáticos en la naturaleza, como las espirales de las conchas, la simetría de los pétalos y la disposición de las estrellas. Esto le hizo creer que la armonía cósmica se muestra a través del número y la proporción.
Alrededor del año 530 a.C., Pitágoras abandonó su hogar para escapar de la tiranía de Polícrates y viajó mucho en busca de la sabiduría antigua. En Egipto, tuvo que esperar un año fuera de los templos sin decir nada antes de que los sacerdotes le permitieran ser alumno. Aprendió geometría sagrada, numerología y la idea de la metempsicosis, que es la idea de que las almas pueden renacer. Los sacerdotes egipcios le dijeron que los números tienen una esencia cualitativa: El 1 representa la unidad, el 2 la dualidad y el equilibrio, el 3 la armonía y el 4 el mundo material y los cuatro elementos.
Pitágoras aprendió astronomía y el sistema sexagesimal (base 60) para medir el tiempo y los ángulos en Babilonia. Aprendió la gematría de los sabios fenicios. Se trata de la práctica de asignar números a las letras para encontrar significados ocultos en palabras y textos sagrados. Algunas fuentes afirman que viajó a la India, donde las creencias en el vegetarianismo y la reencarnación eran similares a las prácticas pitagóricas posteriores.
La Hermandad de Croton: Una comunidad monástica de matemáticas
Pitágoras regresó a Magna Grecia hacia el año 530 a.C. y se estableció en Crotona (actual Calabria, Italia). Allí fundó su escuela revolucionaria. No era una escuela normal
Estructura y orden jerárquico
Había dos niveles distintos de miembros en la orden:
Akousmatikoi ("oyentes"): Los recién llegados tenían que pasar tres años en completo silencio, memorizando las enseñanzas de Pitágoras sin hacer preguntas. El objetivo era que aprendieran autodisciplina, controlaran sus impulsos y fueran más conscientes de sí mismos. Debían observar y absorber pasivamente las enseñanzas antes de que se les permitiera participar en el discurso filosófico.
Mathematikoi ("aprendices"): Los iniciados avanzados accedían a profundos misterios, como el simbolismo numérico, la geometría sagrada, la armonía musical, la astronomía y la doctrina del orden cósmico. Sólo después de demostrar su dedicación y dominar las enseñanzas fundamentales, los estudiantes podían pasar a este círculo interior.
Cada día era un ritual estricto:
- Meditaciones matinales con música para despejar la mente de los problemas del día
- Charlas vespertinas sobre matemáticas, filosofía, ética y ser bueno
- Autoevaluación vespertina: "¿Qué he hecho hoy? ¿Qué he hecho? ¿Qué responsabilidades no he cumplido?".
- Una dieta vegetariana, basada en la creencia en la transmigración de las almas, porque se pensaba que comer carne era una forma de canibalismo, ya que los animales podían albergar almas humanas reencarnadas.
Los miembros también se mantenían alejados de las habas, que Pitágoras creía que contenían las almas de los muertos o un aliento espiritual perturbado.
La Sagrada Tetractys: Un signo de perfección universal
Las Tetractys eran la parte más importante del misticismo pitagórico. Eran diez puntos dispuestos en cuatro filas (1, 2, 3, 4) para formar un triángulo equilátero, que es el número perfecto 10. Este símbolo sagrado encerraba los secretos del universo:
- Fila 1 (1 punto): La unidad, la mónada y la ausencia de dimensiones
- Fila 2 (2 puntos): Dualidad, una dimensión (una línea)
- Fila 3 (3 puntos): Armonía, dos dimensiones (un plano o triángulo)
- Fila 4 (4 puntos): Kosmos, una forma tridimensional con cuatro puntas
Las cuatro filas representaban también los cuatro elementos: tierra, aire, fuego y agua, así como la musica universalis (armonía cósmica). Los miembros hacían su juramento más sagrado por la Tetractys, diciendo: "Juro por aquel que dio la Tetractys a nuestras almas, que contiene la fuente y la raíz de la naturaleza eterna". Se consideraba la peor traición hablar de este juramento a alguien ajeno a la hermandad.
La Sinfonía de las Esferas: La música de las esferas
Pitágoras descubrió que los intervalos musicales son iguales a las proporciones matemáticas: una octava es 2:1, una quinta perfecta es 3:2 y una cuarta perfecta es 4:3. De ahí surgió su revolucionaria idea: los cuerpos celestes crean armonías inaudibles en función de la distancia a la que se mueven en sus órbitas. De ahí surgió su revolucionaria idea: los cuerpos celestes crean armonías inaudibles en función de la distancia y la velocidad a la que se mueven en sus órbitas, formando una sinfonía cósmica.
"There is geometry in the humming of the strings, there is music in the spacing of the spheres."
- Pythagoras
Pitágoras decía que la gente no puede oír esta "música de las esferas" porque ha estado sonando sin parar desde el nacimiento, por lo que no hay silencio con el que contrastarla. Sólo es posible sintonizar con esta armonía cósmica mediante la purificación espiritual y la meditación. La teoría, aunque empíricamente inverificable, tuvo un profundo impacto en Platón, Johannes Kepler (que formuló las leyes del movimiento planetario) y la revolución científica.
El legado de las matemáticas y la filosofía
El teorema de Pitágoras era conocido en Babilonia y la India antes de que Pitágoras o sus seguidores lo organizaran y demostraran. Se convirtió en la base de la geometría. La hermandad no se limitó a las matemáticas:
- Números perfectos (como 28 = 1 + 2 + 4 + 7 + 14)
- Álgebra geométrica que combina métodos babilónicos y griegos
- La proporción áurea y el pentagrama como símbolos
- Sólidos platónicos: tetraedro, cubo y dodecaedro
Pitágoras decía que "todo es número", lo que significa que las matemáticas rigen todo lo que existe. Esta filosofía prefigura la dependencia de la física contemporánea de los marcos matemáticos e incluso implica similitudes con las teorías computacionales de la realidad, que postulan que todo puede reducirse a un código binario (ceros y unos).
"All is number. The universe is a harmony of mathematical proportions, and through understanding these numbers, we understand the divine order of creation."
- Attributed to Pythagoras
El violento final y el impacto duradero
Alrededor de 508-510 a.C., las tensiones políticas llegaron a un punto crítico cuando Kylon, un rico noble de Crotonia al que Pitágoras había rechazado por su mal carácter, provocó una violenta reacción. Kylon avivó el miedo de la gente a la hermandad secreta diciendo que los pitagóricos planeaban hacerles daño. Las turbas incendiaron las casas de reunión de los pitagóricos por toda Magna Grecia. Muchos miembros murieron en las llamas o fueron apuñalados mientras intentaban escapar.
Pitágoras huyó a Metaponto, donde las historias difieren: algunos dicen que murió de hambre después de 40 días en el Templo de las Musas
Las ideas de Pitágoras resurgieron durante el Renacimiento y tuvieron un gran impacto en Copérnico, Kepler, Galileo y Newton. Estas ideas sentaron las bases de la creencia de la ciencia moderna de que el universo funciona según leyes matemáticas. El teorema de Pitágoras sigue siendo una parte importante de la educación en todo el mundo, y la teoría musical todavía utiliza sus proporciones. Los grupos de la Nueva Era también están recuperando su numerología mística.
Conclusión: El principio hermético persiste
La combinación de matemáticas, música, astronomía y espiritualidad de Pitágoras fue un ejemplo del dicho hermético "como es arriba, es abajo", que significa que la comprensión de la creación revela al Creador. Su afirmación de que "todo es número" toca una fibra sensible en nuestra era digital, donde las realidades virtuales se componen únicamente de secuencias binarias. Puede que Pitágoras percibiera una profunda verdad: el universo podría ser una construcción matemática, un código cósmico a la espera de ser interpretado por quienes estén dispuestos a buscar el conocimiento a través tanto de la racionalidad como del misticismo.