El libro tibetano de los muertos: un viaje a través de los reinos ocultos del más allá

Desde el principio de la conciencia, la muerte ha confundido a la gente. Por otra parte, la mayoría de las tradiciones religiosas sólo hacen vagas promesas de paraíso o amenazas de infierno. La tradición budista tibetana ofrece una descripción exhaustiva y sistemática de las experiencias de la conciencia durante los 49 días posteriores a la muerte. El Bardo Thodol, también conocido como el Libro tibetano de los muertos en Occidente, contiene este mapa. Es una de las guías más avanzadas y útiles sobre la muerte, la conciencia y la transformación espiritual que jamás se hayan hecho.

Las fuentes secretas del conocimiento sagrado

La asombrosa historia de este texto no comienza en el siglo XIV, cuando se encontró, sino en el siglo VIII, cuando se ocultó por primera vez. Padmasambhava, el maestro tántrico indio que llevó el budismo al Tíbet, tenía un profundo conocimiento de lo que ocurriría en su nuevo hogar. Escondió importantes enseñanzas en lo que los tibetanos llaman "terma", que significa "tesoros espirituales ocultos", porque sabía que el Tíbet atravesaría épocas de persecución y declive espiritual.

Esta práctica de ocultar el conocimiento demuestra una profunda comprensión del momento espiritual. Padmasambhava colocó textos, objetos rituales y enseñanzas en distintos lugares del Himalaya y en la mente de sus estudiantes más avanzados. Las dakinis y los espíritus guardianes mantenían a salvo estos tesoros hasta que llegaba el momento adecuado para revelarlos, cuando tendrían el efecto más positivo.

Manuscrito tibetano del Libro de los Muertos
Sabiduría Antigua: El Bardo Thodol, o Libro Tibetano de los Muertos, es un texto sagrado que proporciona instrucciones detalladas para navegar por la conciencia durante los 49 días posteriores a la muerte. Originalmente escondido como un tesoro "terma" por Padmasambhava en el siglo VIII, fue redescubierto en el siglo XIV.

Karma Lingpa, un "terton" o revelador de tesoros del siglo XIV, encontró el Bardo Thodol como parte de un ciclo más amplio llamado el "Dharma Profundo de la Autoliberación a través de la Intención de los Pacíficos e iracundos". El título original en tibetano significa "Liberación a través de la audición durante el estado intermedio", que es una descripción mucho mejor que el dramático nombre inglés que recibiría más tarde.

Interpretación errónea y traducción cultural

El viaje del texto hasta la conciencia occidental muestra interesantes patrones de transmisión cultural y distorsión inevitable. Walter Evans-Wentz publicó la primera traducción al inglés en 1927 y le dio el título de "El Libro Tibetano de los Muertos" para que sonara como el Libro Egipcio de los Muertos, aunque los dos textos no tienen mucho en común aparte de ser sobre rituales de muerte.

El principal trabajo de Evans-Wentz consistió en editar el texto. La traducción propiamente dicha corrió a cargo de Kazi Dawa Samdup, un brillante erudito sikkimés que fue director de un internado y trabajó como intérprete para el gobierno colonial británico. Pero el trabajo de Evans-Wentz con la teosofía tuvo un gran impacto en la presentación, aportando ideas que procedían del hinduismo y del espiritualismo occidental más que del verdadero budismo tibetano.

Incluso con estos problemas, el texto tuvo un fuerte efecto en los buscadores occidentales. Carl Jung escribió un importante comentario que utilizaba la psicología analítica para explicar los bardos. Para él, los dioses pacíficos e iracundos eran proyecciones arquetípicas de la mente inconsciente. Timothy Leary, Ralph Metzner y Richard Alpert modificaron el texto en el movimiento contracultural de los años sesenta para convertirlo en una guía de experiencias psicodélicas. Esto le dio aún más importancia en la exploración espiritual occidental.

Comprender los Estados intermedios

La idea de "bardo" es en lo que se basa todo este sistema. La palabra "bar" significa "movimiento o flujo, como una corriente", y "do" significa "un peldaño o isla". Esta palabra capta algo profundo de la propia conciencia: cada momento es un estado intermedio entre el pasado y el futuro, que crea islas de conciencia dentro de la corriente fluida de la experiencia.

El budismo tibetano tradicional reconoce seis bardos que abarcan la totalidad del ciclo de la existencia. El Bardo de esta vida va del nacimiento a la muerte. Es el estado de conciencia despierta en el que acumulamos karma a través de nuestras acciones, pensamientos e intenciones. Todas las noches se produce el Bardo de los Sueños. Nos muestra cómo las experiencias no son reales, que sólo comprendemos plenamente después de morir. El Bardo de la Meditación se refiere a estados de profunda concentración en los que los practicantes perciben directamente la naturaleza fundamental de la mente.

El Bardo Thodol se centra en los tres bardos relacionados con la muerte y el renacimiento. El Bardo de la Muerte incluye el proceso de morir a causa de una enfermedad o lesión grave hasta que la consciencia finalmente se detiene. El Bardo de Dharmata se produce justo después de la muerte, cuando la conciencia se encuentra con la verdadera naturaleza de la realidad. El Bardo del Devenir es el tiempo previo al renacimiento, cuando la persona se encuentra en un estado de transición. Puede durar hasta 49 días.

La luz clara y el proceso de disolución

Las creencias tibetanas dicen que la muerte ocurre en ocho pasos, no todos a la vez. Tierra, agua, fuego y aire son las partes físicas del cuerpo. Con el tiempo, estas partes dejan de funcionar, y nuestra conciencia y percepción cambian en respuesta.

A medida que el elemento tierra se descompone, el cuerpo se debilita y la persona que está muriendo puede sentir que se hunde o que la aplastan. Cuando el agua se disuelve, da mucha sed porque los fluidos corporales se secan. Cuando el fuego se disuelve, el cuerpo siente frío. Cuando el aire se disuelve, la respiración se hace más difícil y superficial.

Estas disoluciones físicas son sólo el principio de los mayores cambios: la disolución de la propia conciencia. A medida que cesa el pensamiento conceptual, la mente experimenta estados progresivamente sutiles, percibidos como blanco (parecido a un cielo claro de otoño), rojo (parecido a la puesta de sol) y, finalmente, negro, acompañados de sensaciones de desmayo.

La Clara Luz de la Muerte amanece después de estas tres etapas. Es la parte más importante del proceso de la muerte. Muestra la naturaleza más básica de la mente: la conciencia pura y brillante que no se basa en ninguna idea. Los textos budistas la caracterizan como "un cielo vacío claro, luminoso, parecido al vacío" o "un vacío transparente carente de circunferencia o centro".

Para los meditadores altamente entrenados, este momento presenta la oportunidad definitiva para la liberación. Comprender la Luz Clara como la naturaleza última de la realidad -no el espacio vacío, sino la conciencia misma- facilita la iluminación inmediata. El practicante se convierte en uno con la Luz Clara y se libera completamente de los ciclos de nacimiento y muerte.

Deidades pacíficas e iracundas del budismo tibetano
Las visiones del Bardo: Durante los 49 días posteriores a la muerte, la conciencia se encuentra con 42 deidades pacíficas y 58 deidades iracundas. No se trata de seres externos, sino de proyecciones del propio karma y de la naturaleza iluminada, que ofrecen oportunidades de liberación en cada etapa.

Los practicantes avanzados pueden permanecer en este estado durante días después de la muerte clínica. Esto se llama "tukdam". El cuerpo muestra muy pocos signos de descomposición, y los maestros dicen que no hay que tocarlo porque creen que la conciencia permanece presente durante la meditación profunda.

Encuentro con deidades pacíficas e iracundas

La mayoría de la gente no puede manejar o incluso ver el brillo abrumador de la Luz Clara. Después de permanecer entre unos minutos y tres días, la conciencia no reconocida comienza a moverse a través de los siguientes estados bardo y hacia lo que los tibetanos llaman el Chonyid Bardo, o el Bardo de Experimentar la Realidad.

Durante la primera semana de esta fase, la conciencia se encuentra con 42 deidades pacíficas. Estas son Buda Vairochana, que representa la ilusión purificada

La conciencia pasa a la segunda semana y se encuentra con 58 deidades iracundas porque no ve a estas deidades pacíficas como proyecciones de la naturaleza iluminada. Estas deidades heruka con muchas cabezas y brazos, que llevan guirnaldas de calaveras, beben sangre de copas de calaveras y están rodeadas de llamas tienen un aspecto muy aterrador. Cuatro guardianes se sitúan en cada dirección cardinal, haciendo que sea imposible escapar.

La lección principal es que estas apariencias no son cosas reales

El camino hacia el renacimiento

Si no te liberas durante el encuentro con una deidad, tu mente pasa al Sidpa Bardo, que es el Bardo del Devenir. Esta última fase puede durar hasta 49 días, y cada siete días existe la posibilidad de renacer.

En este estado intermedio, la conciencia tiene un "cuerpo mental" que puede moverse por el espacio instantáneamente, atravesar objetos sólidos e ir a donde quiera con sólo pensarlo. Pero sufre mucho porque no quiere morir y sigue apegada a su antigua vida.

La conciencia de la persona fallecida ve llorar a sus seres queridos, ve cómo apartan la comida y ve cómo preparan el cuerpo para enterrarlo. Grita, pero nadie puede oírla, lo que le causa mucho dolor y confusión. La conciencia también experimenta fenómenos sensoriales abrumadores derivados de su propio karma.

La cosmología budista delinea seis reinos potenciales de renacimiento: los reinos de los dioses, caracterizados por el orgullo y los delirios de inmortalidad

Según su karma, la conciencia es atraída hacia el renacimiento a medida que transcurren los 49 días. De cada reino viene la luz. La luz del reino inferior parece brillante y bonita, pero la luz del reino superior, especialmente el camino de la liberación, parece brillante y aterradora. La instrucción dice: "No huyas de la luz brillante y dolorosa". No te escondas en las sombras donde es cómodo. "Sigue la luz que te asusta".

Aplicación práctica y finalidad

El Bardo Thodol es una herramienta activa, no sólo una idea filosófica. Un lama comienza a leer las partes correctas incluso antes de que la persona muera, y las sigue leyendo durante los 49 días siguientes. Cada parte corresponde a una experiencia que se cree que tuvo la conciencia de la persona.

Tras la muerte, un paño blanco cubre el rostro y nadie toca el cuerpo durante tres días. Esto forma parte de la práctica tradicional que permite a la gente tener la experiencia de la Luz Clara. El cuerpo se coloca sobre su lado derecho en la "Postura del León". Algunas costumbres hacen una efigie con la ropa del difunto y la mantienen en la casa durante 49 días mientras los lamas cantan y las familias hacen regalos.

El texto sirve como guía de meditación para los vivos, no sólo como guía literal. Los practicantes se preparan para la muerte en vida estudiando los bardos. El texto enseña que dormir, soñar y despertar son como pequeñas muertes. Cada noche, cuando nos dormimos, pasamos por etapas de disolución similares a la muerte. Al despertar, renacemos.

Interpretaciones modernas y relevancia

Los lectores modernos han descubierto una relevancia significativa más allá de los marcos budistas convencionales. El análisis psicológico de Carl Jung postuló que las deidades pacíficas e iracundas simbolizan elementos arquetípicos del inconsciente colectivo, lo que hace que el texto sea pertinente para comprender la psicología humana con independencia de las convicciones específicas sobre el más allá.

Los investigadores observan similitudes convincentes entre las descripciones del Bardo Thodol y los relatos de experiencias cercanas a la muerte. La transición de la oscuridad a la luz radiante, las interacciones con familiares fallecidos, las evaluaciones de la vida y las experiencias de paz profunda relatadas por personas clínicamente muertas presentan similitudes significativas con las enseñanzas del bardo, a pesar de surgir de contextos culturales totalmente distintos.

El texto es una metáfora de cualquier gran cambio en la vida. El final de una relación, la pérdida del trabajo, una enfermedad grave o la jubilación pueden verse como estados "bardo", que son lugares intermedios incómodos en los que la vida anterior ha terminado pero la nueva no ha empezado. Las instrucciones sobre cómo reconocer las proyecciones, afrontar el miedo y elegir caminos duros pero liberadores resultan útiles para los problemas cotidianos.

La enseñanza definitiva

Lo más importante que dice el Libro Tibetano de los Muertos es que la muerte no es algo que nos ocurra a nosotros

La muerte se convierte en una oportunidad y no en una catástrofe para quienes han entrenado su mente mediante la meditación, el estudio y la conducta ética. La Luz Clara que llega en el momento de la muerte es la misma conciencia básica que está presente en cada momento de la vida

El texto sigue diciendo que la libertad siempre es posible. No ver la Luz Clara puede dar lugar a oportunidades durante los encuentros con deidades pacíficas. Las deidades iracundas te dan otra oportunidad si las pierdes. Siempre hay ayuda disponible para aquellos que pueden escuchar y comprender durante el viaje de 49 días.

En esta lección hay tanto miedo como esperanza. Da miedo darse cuenta de que estamos básicamente solos al enfrentarnos a estos problemas: nadie puede morir por nosotros ni ver la Luz Clara por nosotros. La esperanza viene de saber que la libertad siempre es posible, y que las visiones aterradoras que vemos son en realidad sólo cosas que inventamos y que desaparecen cuando las vemos como lo que son.

Referencias

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  3. Fremantle, F., y Trungpa, C. (2000). El libro tibetano de los muertos: La gran liberación a través de la audición en el bardo. Publicaciones Shambhala. Enlace
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  10. Rigpa Shedra. "Terma: Enseñanzas del tesoro en el budismo tibetano". https://www.rigpawiki.org/index.php?title=Terma