Cuando la gente oye palabras como cielo, infierno, ángeles, demonios, Satanás, resurrección y Juicio Final, suele pensar enseguida en el judaísmo, el cristianismo y el islam. Pero estas ideas religiosas básicas no surgieron de los hijos de Abraham. Vinieron de un profeta anterior cuyas enseñanzas eran cientos de años más antiguas que las de Moisés y cuyas nuevas ideas sobre Dios cambiarían para siempre la forma de pensar sobre la espiritualidad. El zoroastrismo, una antigua fe, puede ser una de las tradiciones religiosas más importantes pero menos conocidas de la historia. Se trata de un sistema filosófico que plantó las semillas que dieron lugar a tres de las principales religiones del mundo. Estudiosos y creyentes siguen preguntándose si las religiones abrahámicas crecieron realmente por sí solas o si deben muchas de sus ideas al profeta persa Zoroastro.
El profeta de la antigua Persia
Hace unos 3.500 años, en la región de la meseta iraní, cerca de lo que hoy es Afganistán, nació en el seno de una familia adinerada un hombre llamado Zaratustra (posteriormente helenizado como Zoroastro). Los historiadores coinciden en que vivió entre los años 1500 y 1000 a.C., pero sigue habiendo discrepancias sobre las fechas exactas. Pourushaspa, el padre de Zoroastro, y Dughdova, la madre de Zoroastro, eran sacerdotes. Esto situó al joven Zoroastro en la encrucijada de la tradición religiosa y el privilegio social.
El mundo en el que nació Zoroastro creía en el politeísmo indoiraní, muy similar al hinduismo védico. Ambas culturas adoraban a dioses de la luz llamados Devas y a poderosos espíritus llamados Asuras. Estas tradiciones similares tenían los mismos rituales, como el culto al fuego, el sacrificio de animales y la ingesta de bebidas embriagantes sagradas (Soma en la India, Haoma en Irán).
A medida que Zoroastro crecía, se enfadaba cada vez más por lo que consideraba corrupción religiosa. Los karapanes, que eran sacerdotes, habían construido elaborados panteones que exigían sacrificios regulares, regalos y pagos de la gente corriente. El creciente sentido de la ética de Zoroastro se sintió ofendido por la comercialización de la espiritualidad, que convertía la relación con lo divino en un negocio.
La Revelación
La tradición cuenta que, cuando Zoroastro tenía 30 años, tuvo una visión que le cambió la vida mientras realizaba rituales de purificación junto a un río. Un ser resplandeciente llamado Vohu Manah (Buena Mente) apareció y llevó a Zoroastro a ver a Ahura Mazda (el Señor Sabio). Este encuentro divino le transmitió principios teológicos transformadores que sentarían las bases del pensamiento monoteísta.
La idea principal era muy simple pero muy radical: sólo hay un Dios, Ahura Mazda, que es la fuente de toda verdad y bondad. Este dios no necesitaba sacrificios de sangre ni sacerdotes con los que hablar. En su lugar, la voluntad divina se expresaba a través de una fórmula ética que duraría miles de años: buenos pensamientos, buenas palabras, buenas acciones.
Esta enseñanza iba en contra de la forma en que se hacían las cosas en la religión de la época. El monopolio del sacerdocio sobre la autoridad espiritual se vino abajo cuando la gente corriente pudo conectar con lo divino a través de una vida moral en lugar de sacrificios rituales. Como era de esperar, los carapanes llamaron a Zoroastro hereje y amenaza para el orden social. Zoroastro tuvo que huir, pero acabó encontrando seguridad con el rey Vishtaspa en Bactriana, que lo convirtió y protegió, permitiendo que la nueva fe perdurara y creciera.
La filosofía dualista
La estructura teológica del zoroastrismo se basa en un complejo dualismo que la física moderna podría encontrar muy perspicaz. Según la cosmología zoroástrica, al principio de la creación existían dos espíritus primordiales: Spenta Mainyu (el Espíritu Generoso) y Angra Mainyu (el Espíritu Destructivo). Estas dos fuerzas, aunque procedían del mismo lugar, tomaron decisiones morales diferentes.
Ahura Mazda, el más alto creador increado, no forma parte de esta lucha dualista. Spenta Mainyu es la fuerza creadora de Ahura Mazda en el mundo físico. Organiza la vida, la luz y el orden (Asha). Angra Mainyu (más tarde conocido como Ahriman) representa la destrucción, la oscuridad, la muerte y el caos (Druj).
Esta batalla cósmica no es sólo una idea filosófica
Es importante recordar que la gente no sólo está viendo este drama cósmico
Los Amesha Spentas (Inmortales Generosos) son seis cualidades divinas que provienen de Ahura Mazda: Buena Mente, Verdad/Justicia, Dominio Deseable, Devoción, Plenitud e Inmortalidad. Estos principios forman la estructura del orden cósmico y ofrecen una dirección moral para la conducta humana.
De la filosofía a la religión
Las enseñanzas originales de Zoroastro hacían más hincapié en los principios morales abstractos que en los rituales. Era contrario a la construcción de templos, al sacrificio de animales y al papel de los sacerdotes como intermediarios. La conexión entre los humanos y lo divino seguía siendo directa, y sólo la conciencia y la elección moral se interponían.
Pero tras la muerte de Zoroastro (la tradición dice que fue asesinado a los 77 años), sus enseñanzas cambiaron de formas que son comunes a todos los movimientos religiosos. El zoroastrismo se convirtió en la religión oficial de Persia durante la dinastía aqueménida, especialmente bajo Darío I. Esta institucionalización exigió compromisos inevitables.
Los abstractos Amesha Spentas se convirtieron poco a poco en seres parecidos a ángeles con sus propias personalidades y trabajos. Surgieron templos de fuego por todo el imperio, y cada uno tenía un fuego que ardía eternamente para representar la luz divina de Ahura Mazda. El sacerdocio, que Zoroastro había cuestionado, se restableció como protector del conocimiento sagrado y la pureza ritual.
No como dioses, sino como poderosos yazatas (seres dignos de adoración) bajo Ahura Mazda, se resucitó a antiguos dioses indoiranios como Mitra, Anahita y Tishtriya. Este compromiso teológico permitió al zoroastrismo integrar los sentimientos religiosos predominantes al tiempo que preservaba las afirmaciones monoteístas.
La idea del Puente Chinvat es un buen ejemplo de este cambio. En la enseñanza original de Zoroastro, el juicio era inmediato y personal, basado en el equilibrio moral de la persona. La tradición posterior lo desarrolló en una escatología detallada: el alma espera tres días después de la muerte antes de ir al Puente Chinvat. Allí, los perros guardianes olfatean la pureza moral, y la Daena (conciencia) personificada tiene un aspecto hermoso o aterrador, dependiendo de cómo haya vivido la persona su vida en la Tierra.
Si haces más bien que mal, el puente se convierte en un camino ancho y fácil hacia el paraíso. Si gana el mal, el puente se estrecha hasta el filo de la navaja, y el alma cae en la Casa de la Mentira. Las personas que han hecho cosas buenas y malas en igual cantidad van a Hamistakan, que es un lugar que no es ni celestial ni infernal.
Impacto en el judaísmo
El exilio babilónico (586-538 a.C.) supuso un momento crucial en la evolución de la teología judía. Cuando el rey persa Ciro se apoderó de Babilonia en 539 a.C. y liberó a los prisioneros judíos, los mantuvo en contacto con el pensamiento zoroástrico durante mucho tiempo.
Antes de esta época, la teología hebrea primitiva no tenía muchas de las ideas que ahora se consideran básicas para el judaísmo. En textos anteriores, Satanás no era una fuerza maligna en sí misma
Asimismo, tras el exilio se desarrolló una compleja angelología. Los textos preexílicos hacen referencia a mensajeros divinos, pero no incluyen la estructura jerárquica de arcángeles con nombre (Miguel, Gabriel, Rafael, Uriel) que se encuentra en la literatura judía posterior, como el Libro de Daniel. Estos cambios son similares a los de los yazatas y Amesha Spentas en el zoroastrismo.
Durante esta época, el género apocalíptico, que incluye batallas cósmicas entre el bien y el mal que terminan en el juicio divino y la resurrección, pasó a formar parte del pensamiento judío. El Libro de Daniel, compuesto durante el exilio babilónico o posteriormente, presenta nociones claras de resurrección y juicio final, que no se encuentran en escritos judíos anteriores pero que son fundamentales para la escatología zoroástrica.
La palabra "paraíso" procede del persa *pairi-daeza*, que significa "jardín amurallado". Llegó al hebreo, al griego y finalmente al inglés a través del contacto con la Persia zoroástrica.
Impacto en el cristianismo
El cristianismo debe mucho al zoroastrismo, pero la gente no siempre le da crédito. Los famosos Reyes Magos del Evangelio de Mateo, que eran "sabios de Oriente" que siguieron una estrella hasta el lugar de nacimiento de Jesús, eran probablemente sacerdotes zoroastrianos. Su incorporación al relato fundacional del cristianismo atestigua la prominencia del zoroastrismo en el mundo antiguo.
La idea del nacimiento virginal, que es muy importante para la teología cristiana, es muy similar a lo que dice la profecía zoroástrica. Los textos zoroástricos posteriores dicen que el Saoshyant (Salvador del Mundo) nacerá de una virgen que quedó embarazada de forma milagrosa de la semilla conservada de Zoroastro. Al final de los tiempos, este salvador vendrá, derrotará al mal de una vez por todas y resucitará a los muertos para el juicio final.
La misión del Saoshyant es muy similar a la que los cristianos esperan de un mesías: trae la renovación cósmica (Frashokereti), devuelve la vida a los justos, destruye el poder del mal e instaura un reino eterno de perfección. Una señal celeste (estrella o luz divina) anuncia su nacimiento, al igual que la Estrella de Belén anuncia la venida de Jesús.
La escatología cristiana, especialmente tal como se articula en el Apocalipsis, demuestra la influencia zoroástrica a través de su perspectiva dualista, el concepto de una batalla cósmica final, la resurrección de los muertos y la victoria definitiva del bien sobre el mal. Las brillantes imágenes del cielo como luz eterna y del infierno como fuego consumidor son similares al simbolismo zoroástrico del fuego y a la geografía del más allá.
Impacto en el Islam
Es sorprendente que el islam tenga mucha influencia zoroástrica, a pesar de que comenzó seiscientos años después que el cristianismo. El Corán llama claramente a los zoroastrianos (Majus/Magians) "Pueblo del Libro", junto con judíos y cristianos. Esto sugiere que el profeta Mahoma pensaba que su tradición era de inspiración divina.
Las cinco oraciones diarias (Salat) que forman parte de la práctica islámica proceden directamente del culto zoroástrico, que exige cinco oraciones diarias Gah a determinadas horas basadas en el movimiento del sol. Las horas son muy similares: amanecer (Fajr/Havan), mediodía (Dhuhr/Rapithvan), tarde (Asr/Uziren), ocaso (Maghrib/Aivishuthrem) y noche (Isha/Ushahen).
Antes de rezar, ambas religiones exigen un lavado ritual (wudu en el Islam y padyab en el zoroastrismo). Ambas utilizan llamadas a la oración (adhan frente a las campanas de los templos) para que la gente acuda al culto. Tanto la palabra árabe "salat" como la persa "namaz" proceden de palabras que significan "inclinación", "postración" y "devoción".
El Mi'raj (Viaje Nocturno), en el que el Profeta Muhammad viaja por los cielos con la ayuda de ángeles, ve el cielo y el infierno, y luego recibe la orden de rezar cinco veces al día, es muy similar al Arda Viraf Nameh. En este texto zoroástrico anterior, el sacerdote Arda Viraf realiza un viaje visionario por el más allá, guiado por tres ángeles. Ve los castigos de los malvados y las recompensas de los justos.
La angelología islámica, aunque no está ampliamente elaborada en el Corán, evolucionó a través de tradiciones hadith que muestran influencia zoroastriana. El ángel de la muerte (Izra'il/Azrael) es el mismo que el Aeshma Daeva en el zoroastrismo. Los cuatro arcángeles son como los principales Amesha Spentas del zoroastrismo.
El Mahdi, el tan esperado salvador final del Islam que traerá la justicia antes del Juicio Final, es similar al Saoshyant en cuanto a su papel y función en el final de los tiempos. Ambos parecen derrotar al mal, devolver la vida a los muertos e iniciar una época de perfecto orden divino al final de la historia.
La teoría Abraham-Zoroastro
Algunos estudiosos proponen una tesis aún más radical: el propio profeta Abraham pudo haber sido un maestro zoroastriano, o bien estas figuras simbolizan recuerdos históricos del mismo individuo. Según la tradición zoroástrica, tres profetas llamados Zoroastro vivieron en distintos momentos de la historia. Se calcula que el segundo, conocido como Hashang, se remonta al año 2040 a.C., que coincide aproximadamente con la cronología tradicional de Abraham.
Al igual que Abraham, Hashang predicó el monoteísmo, luchó contra el culto a los ídolos y se enfrentó a las culturas que creían en muchos dioses. Ambos abandonaron sus países de origen porque eran perseguidos por su religión. Ambos crearon comunidades de fe que influirían en la historia del mundo.
Esta teoría aún no está demostrada y sigue siendo objeto de debate. Pero demuestra lo estrechamente relacionados que estaban los antiguos movimientos religiosos del Próximo Oriente y lo difícil que es trazar líneas claras de influencia cuando se trata de tradiciones orales que se escribieron cientos de años después de los acontecimientos de los que hablan.
Conclusión: Un legado olvidado
En la actualidad hay menos de 200.000 zoroastrianos en todo el mundo, la mayoría en Irán y la India (donde se les llama parsis). La conquista musulmana de Persia en el siglo VII acabó con el zoroastrismo como fuerza cultural y política. Muchos huyeron a la India para evitar la persecución, y los que se quedaron en Irán sufrieron presiones para convertirse a lo largo de los años.
Pero las nuevas ideas de Zoroastro sobre la religión siguen afectando a la forma en que la gente de todo el mundo piensa sobre la religión, ya que han sido adoptadas por el judaísmo, el cristianismo y el islam. Las ideas del cielo y el infierno, los ángeles y los demonios, Satán como enemigo cósmico, la resurrección corporal, el Juicio Final y la salvación mesiánica proceden en gran medida de fuentes zoroástricas.
Esto no implica que las religiones abrahámicas sean meras derivaciones de los conceptos zoroástricos. Las ideas religiosas cambian con el tiempo a través de complicados procesos de intercambio cultural, pensamiento teológico y experiencia espiritual real. La influencia se mueve en muchas direcciones a través de fronteras fáciles de cruzar. Las ideas cambian cuando pasan de un entorno cultural a otro.
No obstante, las pruebas indican que el zoroastrismo ofreció fundamentos teológicos esenciales sobre los que las tradiciones posteriores construyeron sus estructuras únicas. Reconocer esta herencia no socava el judaísmo, el cristianismo o el islam. Al contrario, muestra lo profundamente conectada que está la búsqueda espiritual humana y cómo la verdad divina se manifiesta en diferentes culturas y a lo largo del tiempo.
La idea fundamental de Zoroastro sobre el conflicto perpetuo entre el bien y el mal, la capacidad humana del libre albedrío para determinar la lealtad y el significado cósmico de la elección moral, resuena en varias tradiciones debido a su compromiso con cuestiones esenciales relativas a la existencia, el sufrimiento y el significado. La interpretación de esta continuidad como prueba de plagio o afirmación de verdades espirituales universales es una cuestión que cada creyente debe resolver según su propia conciencia y comprensión.
Lo que está claro es que esta "fe olvidada" no debe verse como una rareza histórica, sino como una corriente viva que alimenta los grandes ríos de la tradición monoteísta. Puede que los templos de fuego se hayan apagado, pero la luz que encendió Zoroastro sigue guiando a la gente en su camino espiritual, aunque nadie sepa de dónde procede.