La mayoría de la gente recuerda el viaje de Neo, la sabiduría de Morfeo o la fría amenaza del agente Smith cuando piensa en Matrix. Pero hay un personaje a la sombra de estos famosos que desafía no sólo a la propia Matrix, sino también nuestras ideas básicas sobre la identidad y cómo nos presentamos a nosotros mismos. Switch, interpretada por Belinda McClory, es el ejemplo más radical de fluidez de género y androginia de la franquicia. Su personaje es difícil de encasillar por su aspecto, el lugar que ocupa en la historia y la forma en que se estructura su vida en la película.
La androginia de Switch es intencionada. Es intencionada, constante y muy importante. Lleva un body de látex blanco que muestra la forma de su cuerpo sin seguir los estilos tradicionales de género. Este atuendo, junto con su pelo corto y rubio, su maquillaje pálido y su rostro tranquilo, hace que parezca que podría ser cualquiera. Encarna tanto la feminidad como la masculinidad, incitando a los espectadores a reevaluar sus clasificaciones inherentes. La aparición de Switch en una película llena de símbolos y cuestiones filosóficas sirve como argumento visual a favor de la idea de que la identidad de género es fluida.
Más allá de lo binario: Rebelión visual
Pero Switch no es revolucionaria sólo por su aspecto. Es lo que representa en el mundo de la historia de Matrix. Switch es una rebelde que ha hecho algo asombroso: se ha liberado del binario de género que limita la mente de la mayoría de la gente. Ella existe en un espacio más allá de los roles tradicionales de género, y la película nunca se disculpa por ello, ni lo explica, ni intenta justificar su presentación a través de la exposición o la historia de fondo del personaje. Simplemente existe, y con su existencia desafía todas las suposiciones que los espectadores tienen sobre la identidad.
Matrix se basa en una idea principal: el mundo que vemos es una ilusión destinada a mantenernos a raya. Esta idea va más allá del aspecto del mundo simulado. Incluye todo lo que damos por sentado, como el propio género. Si todo el mundo es una simulación, los estrictos roles de género que rigen la vida social también deben serlo. Matrix te convierte en lo que quiere que seas. Su programación incluye tu género.
La simulación y el simulacro de género
El aspecto andrógino de Switch insinúa algo profundo sobre su despertar. Switch no lleva el equipo de combate negro que llevan la mayoría de los miembros de la tripulación de Morfeo. Esto la diferencia de los humanos liberados. Tampoco lleva vestido ni sigue las reglas femeninas. En su lugar, vive en el medio, lo que sugiere que su libertad va más allá de desconectarse físicamente de Matrix. Se ha liberado de las categorías.
Esto adquiere aún más importancia cuando pensamos en el lugar que ocupa Switch en el grupo. Ella y Apoc trabajan en equipo para vigilar al grupo y hablar entre ellos. Apoc está codificado como hombre por su aspecto y su forma de actuar, pero Switch es diferente. No es como Trinity, que es cariñosa, ni como Cypher, que es hipermasculino. Es profesional, competente y no se ve afectada por las dinámicas emocionales que afectan a otros personajes. Su afecto plano, a menudo percibido como distanciamiento, también puede interpretarse como una liberación de las dimensiones performativas de la conducta de género.
La androginia de la piel roja: Alejarse de la interpretación
Una de las ideas principales de Matrix es que la identidad es una representación. Las personas atrapadas en la simulación no sólo ven un mundo falso. Actúan como si estuvieran vivos. Hacen lo que el sistema les dice que hagan. Desde este punto de vista, el género es una de las actuaciones más básicas, tan profundamente arraigada que parece realidad en lugar de teatro.
La androginia de Switch supone un rechazo a esta interpretación. No actúa como mujer para que los hombres se sientan mejor o para llamar su atención. No actúa masculinamente para avanzar en una jerarquía dominada por los hombres. Existe en un estado de no actuación, o más exactamente, en un estado de actuación intencionada que rechaza por completo el binario. Algunas interpretaciones se inclinan en esta dirección, pero no se trata de asexualidad ni de falta de sexualidad. Se trata más bien de una sexualidad que no encaja en las categorías normales.
El traje de látex blanco es muy importante aquí. El látex es a la vez muy sexual y nada sexual. Muestra las curvas del cuerpo al tiempo que lo hace parecer plano, como una superficie sin profundidad. Es el uniforme del fetiche y de la revolución. Switch viste de blanco en lugar de negro para parecerse al propio mundo digital. Es más un fantasma que una persona, más una idea que un cuerpo. Este lenguaje visual le permite estar en un espacio diferente tanto del héroe de acción masculino como de la seductora femenina.
Trinity vs. Switch: Dos caminos hacia el poder
Mucha gente piensa que Trinity rompe las normas de género al ser dura y pasar a la acción. Viste de negro, lucha y se la considera fuerte y peligrosa. Aunque el poder de Trinity es real, sigue basándose en valores masculinos. Demuestra que es fuerte haciendo lo que hacen los hombres. Switch, al no entrar en este terreno, sugiere un tipo diferente de poder. Es poderosa no porque sea fuerte o buena luchando, sino porque se niega a ser encasillada y porque es una declaración filosófica.
Trinidad no necesita anunciar que es fuerte ni exigir que la tomen en serio. Simplemente lo es, y eso habla más alto que cualquier declaración. Pero Switch va más allá. No sólo se niega a anunciar su fuerza, sino a ser categorizada. Mientras que Trinity representa el empoderamiento femenino a través de los logros masculinos, Switch representa la liberación a través de la trascendencia del propio binario.
El yo digital y la libertad del cuerpo
En Matrix, el mundo digital tiene algo que el mundo real no tiene. Te permite ir más allá de los límites de tu cuerpo. Cuando la gente está conectada a Matrix, su cerebro piensa que el mundo digital es real. Pueden ser cualquier persona o cualquier cosa. Pueden ir contra la gravedad. Pueden cambiar la realidad con su voluntad y entendimiento. El mundo digital promete liberarnos de la tiranía de nuestros cuerpos y sus categorías.
Este espacio de posibilidades da origen al carácter de Switch. Su androginia no significa un repudio de su cuerpo.
La gramática visual y el yo sin límites
El uso que hace Matrix del lenguaje cinematográfico es importante para entender el papel de Switch. La película utiliza el vestuario, el movimiento, la iluminación y la forma en que las personas se sitúan en el espacio para mostrar quiénes son. En esta gramática visual, Switch actúa como un espejo o una prueba. Es el personaje que a la gente le cuesta leer porque se ha alejado de las formas que solemos utilizar para clasificar rápidamente a las personas y entenderlas.
Los movimientos de Switch en la película son económicos, precisos y controlados. No ocupa espacio como Cypher cuando se pone erguido y se hace el duro. No se mueve con la gracia mortal de Trinity ni con la estudiada autoridad de Morfeo. En cambio, los movimientos de Switch hacen que parezca que están un poco al margen del drama de la historia. Están ahí, pero no realmente implicados, como si participaran pero no se implicaran realmente. Esta cualidad de distancia forma parte de cómo se presenta a sí misma como andrógina. Ser auténticamente de género fluido implica un cierto grado de distanciamiento de la propia representación de género.
La decisión de que Switch sea blanco también requiere más reflexión. En el esquema de colores de Matrix, el negro representa a los humanos liberados. Sus trajes oscuros y sus interiores oscuros muestran lo dura que es la vida en el mundo real. Switch y el blanco, que está vinculado a Matrix, los programas y la perfección digital, conforman una paradoja visual. Es una persona real, pero parece pertenecer al mundo digital. Es de carne y hueso, pero parece un código. Esta contradicción visual refleja su presentación de género andrógina: encarna los opuestos sin reconciliarlos.
La cuestión de la representación
Es importante recordar que la radical fluidez de género de Switch tiene algunos límites y restricciones. El personaje no dice mucho y no se le caracteriza más allá de su aspecto. Es como una pizarra en blanco sobre la que se pueden escribir significados. Esto ha llevado a criticar que Switch sea más una declaración estética que un personaje plenamente desarrollado. Hay quien piensa que no está completamente desarrollada. Algunos piensan que es un personaje cuya falta de crecimiento está en consonancia con su negativa a interpretar su identidad.
La ambigüedad es útil, no un problema. En una película que trata sobre la realidad y la identidad, un personaje que no se define completamente sirve como argumento visual para el hecho de que todas las identidades son incompletas. Switch no es un personaje plenamente desarrollado, ya que para ello es necesario que se transforme en una identidad de género coherente. Su carácter incompleto es lo que le da sentido.
Además, la interpretación de Belinda McClory nunca deja claro que Switch sufra o tenga problemas con su aspecto y su forma de actuar. No quiere ser aceptada ni comprendida. No da explicaciones ni razones. Simplemente es así. Esta negativa a mostrar vulnerabilidad o buscar validación es una declaración radical en el cine, donde los personajes que no encajan en los roles tradicionales de género a menudo tienen que hablar de su dolor o demostrar su valía mostrando sus emociones.
La androginia como iluminación
Una de las formas más radicales de contemplar la androginia de Switch es verla como una especie de iluminación. En numerosas tradiciones espirituales y filosóficas, la disolución de los opuestos binarios está vinculada a la liberación y la trascendencia. El objetivo no es elegir un bando, sino superar el binario por completo. La androginia es un tema común en la literatura mística, donde representa la idea de ser completo y de que el yo sea uno con su opuesto.
Parece que el personaje de Switch se ajusta a esta idea. No sólo se ha convertido en hombre o mujer. Ha ido más allá de la necesidad de uno u otro grupo. Es indiferente al binario que crea gran parte del significado social. Esta indiferencia, que a menudo se percibe como frialdad, podría entenderse mejor como iluminación. Ha tomado conciencia no sólo de las ilusiones de Matrix, sino también de las ilusiones que forman parte de las propias estructuras de identidad.
Esta interpretación se ve corroborada por el empeño metafísico general de la película. Matrix muestra un mundo en el que mandan los sueños y el despertar. Despertar significa ver a través de la programación y darse cuenta de que lo que parece inevitable es en realidad inventado. La androginia de Switch hace que parezca que ha despertado del todo. No sólo ha visto a través de la representación visual del mundo, sino también de los marcos categóricos que dan forma a la propia conciencia.
La cuestión de género en las tecnologías del futuro
El personaje de Switch también plantea cuestiones más importantes sobre el género y la tecnología. Matrix muestra un futuro en el que la mente puede separarse del cuerpo y en el que la identidad puede cambiarse y reescribirse. ¿Seguirá siendo importante el género en ese futuro? ¿Soportaría el estricto binario que rige la vida moderna la alteración tecnológica de lo corpóreo?
Switch propone una posible solución: el género podría dejar de ser obligatorio. No porque deje de ser una categoría, sino porque perdería su capacidad de definir y decidir. En un mundo en el que puedes descargar kung fu en tu mente y recargar tu cuerpo, elegir una identidad de género estable podría parecer tan anticuado como elegir un traje del siglo XIX.
Echando la vista atrás, parece que esta visión se hizo realidad. Los debates sobre el género a principios de la década de 2020 se centran cada vez más en el potencial de las identidades fluidas, no binarias y contingentes. Algunas personas se están replanteando el género como algo menos que un destino y más que una elección, menos que una esencia y más que una actuación, ya sea a través de tecnologías médicas, del reconocimiento social o simplemente cambiando de opinión. Switch, que salió en 1999, parecía predecir este cambio. Representaba un futuro potencial en el que el género dejaba de ser una categoría definitiva para convertirse en una mera opción entre numerosas alternativas.
Conclusión: La naturaleza perdurable de la ambigüedad
Switch sigue siendo uno de los personajes más interesantes del cine porque no deja que las cosas pasen. No se hace más simpática a medida que avanza la historia. No valida su existencia mediante un discurso filosófico. No hace que su presentación sea más fácil de entender ni da explicaciones al público. Simplemente se queda ahí, blanco contra negro, mujer contra hombre, humano contra digital, y elige un bando sin decir por qué ni disculparse.
Lo que la hace verdaderamente revolucionaria es que no se conforma con encontrar una identidad clara. Switch se niega a ser clara en una película que trata de encontrar verdades ocultas y mostrar cómo es realmente la realidad. No es misteriosa porque no sabemos mucho de su pasado.
Para quienes quieran ver Matrix como una historia sobre la identidad, el género y la libertad, Switch sigue siendo importante. Ella es el camino no tomado, la opción en la que la mayoría de los personajes no piensan o ignoran. Ella sostiene que la forma más profunda de despertar no es el dominio de las artes marciales o la comprensión de la arquitectura digital, sino la emancipación de las propias categorías. Ella es la prueba de que hay otra forma de ser, y de que los binarios de género son muros carcelarios que nos han enseñado a creer que son leyes naturales. Viste de blanco en un mundo de negro y oscuridad, y al hacerlo, nos muestra una posibilidad que sigue siendo muy importante hoy en día.
Switch es un personaje que no nos pregunta qué somos