Sigiriya es uno de los monumentos más misteriosos del sur de Asia. Se eleva bruscamente desde las verdes llanuras del centro de Sri Lanka. Este enorme monolito de granito, que se eleva 200 metros por encima del dosel selvático, esconde una historia mucho más complicada y misteriosa que su famoso palacio del siglo V. Hay muchas pruebas del reinado del rey Kashyapa, pero también muchas historias antiguas, asentamientos prehistóricos y reinos míticos que nos dificultan la comprensión de este lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
La maravilla geológica y sus antiguas raíces
Antes de que la gente convirtiera Sigiriya en una fortaleza, la naturaleza ya había hecho un hermoso edificio. La roca es una enorme columna de magma endurecido procedente de un volcán que ya no está activo. A lo largo de millones de años de erosión, se ha convertido en el escarpado monolito que vemos hoy. Esta formación geológica ofrecía una protección natural que atraería a la gente a establecerse allí durante miles de años.
Las pruebas arqueológicas indican que los alrededores de Sigiriya estuvieron poblados ya en el año 3.000 a.C., durante el Mesolítico, y que el refugio de Aligala, al este de Sigiriya, es uno de los primeros indicios de asentamientos humanos. Hay muchas cuevas y refugios rocosos en las colinas sembradas de cantos rodados que rodean Sigiriya que muestran claros signos de haber sido utilizados por monjes y ascetas budistas ya en el siglo III a.C., mucho antes de la llegada del rey Kashyapa.
Los salientes de goteo tallados alrededor de las bocas de las cuevas y las inscripciones en las rocas que registran la donación de refugios a la orden monástica budista son dos formas en que estos primeros asentamientos budistas dejaron su huella. Esta historia anterior a Kashyapa demuestra que Sigiriya ya era conocida como un lugar sagrado e importante cientos de años antes de que se hiciera famosa por su transformación.
Nuestros antepasados vivieron en los alrededores de Sigiriya hace entre 10.000 y 20.000 años, lo cual es asombroso. Sin embargo, las fechas más tempranas que tenemos de la investigación actual se remontan a unos 5.000 años antes de Cristo. Los arqueólogos encontraron herramientas de piedra, piedras de moler y restos de animales en el abrigo rocoso de Aligala. Se cree que se trata de restos de alimentos ingeridos por los pueblos prehistóricos que vivieron allí.
El famoso vínculo entre Ravana y Alakamandawa
Lo más interesante de la historia oculta de Sigiriya quizá sea su relación con los mitos antiguos. Mucho antes del siglo V, el folclore de Sri Lanka y otros relatos históricos llamaban a Sigiriya Alakamandawa (también conocida como Alakamanda o Akasa Maligawa, que significa "Palacio del Cielo").
Alakamanda era el hermoso palacio de Kubera (también llamado Kuvera o Vaisravana), dios de la riqueza y rey de los Yakshas, en la mitología hindú y la epopeya Ramayana. La epopeya Ramayana cuenta cómo Ravana, hermanastro de Kubera, lo derrocó y se apoderó de Lanka. Algunas tradiciones de Sri Lanka dicen que Sigiriya fue este famoso palacio, lo que podría significar que tiene más de 5.000 años, según algunas interpretaciones.
El vínculo con los mitos antiguos va más allá de las simples historias. Las costumbres locales dicen que las tribus cingalesas Yakkha llamaban Alakamandawa a Sigiriya, y que fue el palacio de Kubera antes de que Ravana se apoderara de él. Se cree que el nombre Kubera procede de las palabras sánscritas Ku y Vira, que significan "Tierra" y "Héroe". Incluso hoy, la palabra cingalesa "Kuwera" significa "alguien que tiene mucho dinero".
La gente decía que el rey Kashyapa vivía como "culto a Kuvera" en el palacio "Alakamanda" de Sigiriya, que está en la cima de la roca. Esto implica que, ya en el siglo V, la gente sabía que el lugar tenía un significado mitológico y estaba vinculado al famoso dios-rey Kubera.
El cambio del rey Kashyapa: Un registro histórico y una maravilla de la ingeniería
La parte más conocida de la historia de Sigiriya comienza con el rey Kashyapa I, que gobernó entre los años 477 y 495 de la era cristiana. El antiguo libro de Sri Lanka Culavamsa dice que Kashyapa era hijo del rey Dhatusena y de una mujer que no era de sangre real. Kashyapa conspiró con su tío y comandante del ejército Migara para hacerse con el poder porque no era el heredero legítimo del trono, que pertenecía a su hermanastro Moggallana (hijo de la reina).
El relato histórico habla de un violento parricidio: Kashyapa encerró a su padre y, en un intento de que le entregara tesoros ocultos, lo mató emparedándolo vivo. Moggallana huyó al sur de la India tras este terrible acto, prometiendo volver con un ejército para recuperar su legítimo trono.
Kashyapa abandonó la capital tradicional de Anuradhapura y se trasladó a la más segura Sigiriya porque temía lo que pudiera ocurrir después. Convirtió la roca en una de las fortalezas y complejos palaciegos más avanzados del mundo antiguo en sólo 7 a 18 años (distintas fuentes dan cifras diferentes). Este brevísimo tiempo de construcción hace que la gente se pregunte si Kashyapa construyó desde cero o arregló edificios que ya estaban allí, lo que apoya las ideas de que ya tenía un papel importante en la arquitectura.
Las proezas de ingeniería que se hicieron en tan poco tiempo son alucinantes. Se dice que el rey Kashyapa construyó Sigiriya como una fortaleza de roca en siete años. Durante este tiempo, se llevaron a cabo enormes proyectos de construcción que incluían la nivelación de la cima de la roca de granito de 200 metros, el traslado de millones de ladrillos de arcilla hasta la cima, la construcción de complejos sistemas hidráulicos y la realización de hermosos jardines y estructuras defensivas.
La ciudad en el cielo: Una nueva mirada sobre Alakamanda
El rey Kashyapa imaginó Sigiriya como una recreación de la mitológica Alakamanda, la ciudad de los dioses, tanto si construía sobre cimientos antiguos como si empezaba de cero. Esta visión espiritual y arquitectónica se aprecia en todo el complejo.
Se dice que Kashyapa pintó la roca de blanco para que pareciera una nube, lo que hizo que pareciera un palacio flotando en el cielo. La avanzada planificación urbanística utilizaba tanto la simetría como la asimetría para conectar las estructuras geométricas creadas por el hombre con las formas naturales de la zona.
El sitio cuenta con tres sistemas de jardines separados pero conectados entre sí, que son algunos de los jardines paisajísticos más antiguos del mundo:
Jardines acuáticos: La zona occidental cuenta con estanques rectangulares, arroyos serpenteantes y complejos sistemas de fuentes. Estas fuentes de placas de piedra caliza siguen funcionando hoy en día, incluso en época de lluvias. Esto demuestra que la ingeniería hidráulica utilizada para fabricarlas era muy avanzada para el siglo V.
Jardines de cantos rodados: Estos jardines aprovechaban el paisaje natural de cantos rodados para construir refugios rocosos que pueden haber sido construidos antes de la época de Kashyapa.
Jardines en terrazas: Estos jardines ascendían de abajo a arriba, demostrando una gran habilidad de planificación e ingeniería.
Los sistemas hidráulicos son muy interesantes. El agua se movía a través de canales excavados en la roca por conductos subterráneos. Un sistema que utilizaba la gravedad y la presión llevaba el agua hasta el palacio situado en la cima, a 200 metros sobre el nivel del mar. El sistema contaba con elementos como tuberías subterráneas, canales superficiales y dispositivos que hacían presión para controlar y cambiar el flujo del agua. Algunos de estos sistemas aún se utilizan hoy en día para regar la zona.
Los Frescos Misteriosos: ¿Son Doncellas Divinas o de la Corte Real?
Los conocidos frescos de la cara occidental de la roca son uno de los misterios más interesantes de Sigiriya. Estas pinturas mostraban a más de 500 mujeres y originalmente cubrían unos 5.600 metros cuadrados en una banda continua alrededor de la cintura de la roca. Hoy sólo quedan 19 pinturas, y están en una zona protegida a unos 100 metros del suelo.
Durante más de cien años se ha discutido sobre quiénes son y qué significan estas doncellas celestiales. La gente suele llamar a estas figuras "Doncellas de Sigiriya" o "Apsaras", que significa "ninfas celestiales". Aparecen en poses elegantes y estilizadas, sosteniendo flores o haciendo otras cosas simbólicas. Hay muchas ideas sobre quiénes son:
Apsaras o ninfas celestiales: muchos historiadores creen que las figuras son apsaras, seres celestiales de la mitología hindú y budista que viven en el cielo de Indra. Las figuras están cortadas por la cintura por nubes regulares, una forma habitual de los artistas de mostrar seres celestiales.
Corte real: Hay quien piensa que las pinturas muestran el harén de Kashyapa, compuesto por más de 500 hermosas concubinas, o quizá sus hijas y damas de la corte. Esta interpretación se apoya en el porte real y las intrincadas joyas con gemas.
Representaciones culturales y étnicas: Algunas interpretaciones dicen que las damas azules representan diferentes tribus, como las tribus Yakka, Naga, Deva y Gandhabba.
Estas pinturas se realizaron con la técnica del fresco verdadero (buon fresco), lo que significa que los pigmentos se mezclaban con agua y luego se aplicaban sobre mortero de cal húmedo. Debían hacerse con rapidez y sin errores. Los colores brillantes procedían de pigmentos minerales naturales. Por ejemplo, los rojos procedían del óxido de hierro, los blancos de la tiza o la cal, los amarillos del ocre y los negros del carbón vegetal. El hecho de que las pinturas hayan durado más de 1.600 años demuestra lo buenos que eran los artistas y lo bien protegidos que estaban por su ubicación.
El muro de los espejos: Grafitis antiguos y voces medievales
El Muro de los Espejos discurre junto a los frescos. Antaño estaba tan bien pulido que el rey podía ver su propio reflejo en él. Entre los siglos VIII y X, más de 1.000 personas escribieron en este muro, lo que lo convierte en uno de los ejemplos más antiguos de poesía y prosa cingalesas.
Estos grabados, llamados Sigiri Graffiti o Kurutu Gee, demuestran que Sigiriya era un lugar turístico hace más de mil años. El muro tiene los nombres de más de 850 personas, entre ellas 12 mujeres. Los versos muestran su amor por los frescos y la belleza de la roca, y nos ofrecen una visión única de la lengua, la cultura y el gusto medievales de Sri Lanka.
Hay más de 1.000 palabras únicas del cingalés, el tamil y el sánscrito en los grafitis, lo que los convierte en un recurso lingüístico muy útil. Muchos de ellos saben leer y escribir y sienten un profundo amor por el arte y la poesía. Los visitantes suelen elegir a una mujer como tema de sus versos, centrándose en lo misteriosa o distante que es.
La Puerta del León: Un signo de poder y misterio
Una de las características más impresionantes de Sigiriya solía ser la enorme estatua de león tallada en roca viva que se erguía en la entrada norte de la cima. La escalera de entrada pasaba entre sus patas y llegaba hasta su boca. La palabra "Sigiriya" viene del cingalés "Sinhagiri", que significa "Roca del León".
Durante las excavaciones de 1898, el arqueólogo británico H.C.P. Bell encontró las dos enormes patas de león. Estas patas son tan grandes como una persona, por lo que toda la escultura del león habría sido enorme y aterradora, mostrando lo poderoso que era el rey Kashyapa. La cabeza del león hace tiempo que se cayó, pero las patas y los surcos y escalones originales tallados en la roca siguen ahí.
La época del monasterio budista y la Edad Media
Tras la muerte de Kashyapa en el 495 d.C., Moggallana trasladó la capital a Anuradhapura y convirtió Sigiriya en un conjunto de monasterios budistas. Durante casi 800 años, el lugar sirvió para la meditación y el estudio religioso. Así fue hasta los siglos XIII o XIV.
Durante esta época, muchas de las partes menos religiosas del palacio de Kashyapa se eliminaron o se dejaron pudrir. Los grafitis del Muro de los Espejos muestran que la gente no pudo acceder al lugar durante unos cien años después de que Sigiriya fuera abandonada y convertida en monasterio. Es posible que el monasterio obtuviera dinero extra dejando que los peregrinos visitaran el lugar durante los tiempos difíciles, y así es como surgió la gran colección de inscripciones medievales.
Reencontrar y nuevas formas de ver la arqueología
Occidente volvió a encontrar Sigiriya en 1831, cuando el mayor Jonathan Forbes, del ejército británico, la halló mientras viajaba de Polonnaruwa a Kandy. Forbes entabló amistad con George Turnour, que había traducido antiguos textos budistas que hablaban de Kashyapa y su palacio. Decidieron buscarlo.
Las memorias de Forbes hablan de "la roca de Sirigi [sic], ... frunciendo el ceño desafiante sobre los escasos campos y el extenso bosque de la llanura circundante". Al acercarse, pudo ver plataformas y galerías excavadas en la roca. Sin embargo, su primer viaje se vio interrumpido porque no tenía suficientes provisiones y la gente de la zona temía a los demonios de la roca.
En 1853, dos jóvenes que trabajaban para el Servicio Civil de Ceilán, A.Y. Adams y J. Bailey, fueron los primeros en llegar a la cima de la roca utilizando escaleras de cuerda y un camino distinto al de Forbes. H.C.P. Bell inició la primera excavación arqueológica real en Sigiriya en la década de 1890.
En 1982, el lugar fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO por su gran valor universal. La inscripción menciona las ruinas de la capital que construyó el rey parricida Kassapa I (477-95). Se encuentran en las laderas escarpadas y en la cima de un pico de granito de unos 180 m de altura.
Misterios sin resolver y otras teorías
Incluso después de mucha investigación, todavía hay algunas cosas que no sabemos sobre Sigiriya:
Cronología de la construcción: ¿Fue posible que los ingenieros de Kashyapa terminaran un edificio tan complicado en sólo 7 a 18 años? Algunos investigadores piensan que esta pregunta significa que ya existían muchas infraestructuras antes de su reinado, lo que podría sustentar las leyendas de Alakamanda.
Tecnología hidráulica avanzada: El funcionamiento de los sistemas de gestión del agua parece muy avanzado para el siglo V. Algunos de estos acueductos siguen funcionando 1.500 años después, y a los ingenieros modernos les siguen confundiendo.
Cámaras ocultas: Las nuevas tecnologías, como el escaneado LiDAR y el radar de penetración en el suelo, siguen encontrando nuevas estructuras y espacios en la roca y sus alrededores que antes no se conocían. El misterio de las posibles "cámaras secretas de Sigiriya" se hace aún más interesante con historias sobre tesoros ocultos y rutas de escape secretas.
Técnicas de construcción megalíticas: La precisión de algunas partes del edificio, especialmente el depósito de agua de granito de la parte superior y las tallas, es similar a las técnicas de construcción megalíticas utilizadas en todo el mundo. El depósito de agua medía 30 metros de largo, 23 de ancho y 2,5 de profundidad. Para construirlo, hubo que extraer unas 3.500 toneladas de granito.
La leyenda viva
En la actualidad, Sigiriya es un lugar donde confluyen la historia, la mitología y la identidad nacional. Para muchos esrilanqueses, es algo más que un yacimiento arqueológico.
La fortaleza sigue siendo tema de debate entre arqueólogos, historiadores y otros investigadores. Parece que cada nuevo estudio plantea tantas preguntas como respuestas. Hay muchas historias sobre Sigiriya, como la del rey parricida, el legendario rey demonio Ravana, el monasterio budista y el palacio del placer. Estas historias demuestran lo difícil que es comprender el pasado lejano con sólo unas pocas pruebas.
Investigaciones recientes se han centrado en las características sostenibles del sistema hídrico de Sigiriya. La utilización eficaz de la recogida de agua de lluvia, el mecanismo de alimentación por gravedad y la incorporación al terreno natural ejemplifican principios de gestión sostenible del agua que siguen siendo profundamente pertinentes en la época contemporánea.
Conclusión: Entre la historia y el misterio
Puede que nunca conozcamos toda la historia de Sigiriya. Las pruebas arqueológicas confirman que en el siglo V existía un complejo real muy avanzado. Los textos e inscripciones antiguos cuentan historias de política palaciega, estrategia militar y planes de construcción. Hay relatos y leyendas sobre reinos míticos, arquitectos divinos y vínculos con historias épicas que se remontan a miles de años atrás.
Estas diferentes formas de ver Sigiriya no la hacen menos importante
Los frescos aún miran hacia abajo desde su antigua alcoba, el Muro de los Espejos aún guarda las voces de los visitantes medievales y las patas del león aún custodian el camino hacia la cima. Cada parte del sitio se suma al hecho de que no se puede meter fácilmente en una caja. Por el contrario, es un lugar donde los límites entre historia, leyenda y misterio se difuminan intencionadamente.
Sigiriya es un recordatorio, tanto para los turistas modernos como para los investigadores, de que el pasado nunca es tan simple como lo pintan nuestras historias. Detrás de cada hecho documentado hay historias más profundas, tradiciones más antiguas y misterios que quizá nunca lleguen a resolverse del todo. De este modo, lo más valioso de Sigiriya no es lo que ya sabemos de ella, sino lo que sigue oculto y esperando a ser encontrado o mantenido vivo en el mundo de la leyenda.
Las investigaciones arqueológicas en curso, que utilizan herramientas de vanguardia como el escaneado LiDAR y el radar de penetración terrestre, siguen descubriendo cosas nuevas sobre esta antigua maravilla. A medida que aprendemos más sobre los complejos sistemas hidráulicos de Sigiriya, sus posibles vínculos con asentamientos antiguos y su lugar en la mitología antigua, nos acercamos a comprender la importancia que tuvo para la civilización humana.