Un documento secreto llegó al cuartel general de Heinrich Himmler, el líder de las SS y uno de los hombres más temidos de la Alemania nazi después del propio Hitler, durante las horas más oscuras de la Segunda Guerra Mundial. Por aquel entonces, las fuerzas alemanas estrechaban el cerco sobre Europa. Tras meses de estudio de antiguos textos sánscritos encontrados en expediciones a los rincones más recónditos del mundo, el informe contenía información que Himmler pensó que podría cambiar el curso de la historia. Himmler llamó inmediatamente al Führer y le dijo que por fin había llegado el momento que tanto habían esperado: habían encontrado la fuente que haría realidad el Reich de los mil años. Si estos científicos nazis hubieran sido capaces de convertir viejos conocimientos en tecnología útil, el mundo sería hoy muy diferente. O tal vez sí tuvieron éxito en algunos aspectos.
El maestro de la propaganda y su fijación
El ascenso al poder de Heinrich Himmler en el partido nazi se basó en una historia falsa y en mitos raciales inventados. Una de sus principales herramientas fue el libro Germania del historiador romano Tácito, que Himmler utilizó como propaganda casi religiosa para demostrar que la raza aria era mejor que otras razas. Los miembros de las SS tenían que leer la versión fuertemente editada de Himmler, pero el texto original se guardaba a buen recaudo en sus cámaras acorazadas privadas.
La razón de la censura era simple: La verdadera Germania de Tácito no mostraba a las tribus germánicas como nobles superhombres, sino como bárbaros belicosos en comparación con la civilización de Roma. Eran gentes que bebían demasiado y tenían costumbres groseras. Otros escritores romanos, como Julio César, decían que los germanos eran casi iguales a los animales salvajes. Pero Himmler sólo tomó las partes que eran buenas para su ideología racial, haciendo que las tribus parecieran más guerreros y familiares de lo que realmente eran. Como el público no tenía acceso a la fuente original y no comprobaba las afirmaciones, creía que este relato distorsionado era historia verdadera. Esto sigue ocurriendo hoy en día.
Sin embargo, la obsesión de Himmler por la superioridad aria provenía de cuestiones más profundas. Era un devoto seguidor del conocimiento oculto y los misterios antiguos, especialmente aquellos que aludían a civilizaciones avanzadas que vivieron hace mucho tiempo. A medida que el partido nazi adquiría más poder y ampliaba las fronteras de Alemania, Himmler utilizó los ilimitados recursos de las SS para crear equipos de investigación por todo el mundo en busca de indicios de estas razas perdidas y sus tecnologías. Le interesaban especialmente el Tíbet y la India, dos zonas cuyos textos antiguos hablaban de tecnologías que parecían demasiado avanzadas para su época.
La Ahnenerbe: La División de Investigación Oculta del Partido Nazi
Himmler creó la Ahnenerbe (que significa "herencia ancestral") en 1935 para organizar esta búsqueda. Lo añadió a la estructura de las SS en 1937. El objetivo principal de este grupo era realizar investigaciones arqueológicas para apoyar las teorías raciales arias. También tenían el objetivo secreto de encontrar antiguos conocimientos místicos y poderosos artefactos de mitos y textos religiosos.
Los Ahnenerbe emprendieron expediciones en busca del Santo Grial y la Lanza de Longinos (que supuestamente atravesó el costado de Cristo), así como de ciudades legendarias como Agartha y Shambhala que, según se decía, estaban ocultas bajo el Himalaya. Reunieron miles de manuscritos antiguos y cientos de artefactos de todo el mundo y los ocultaron en bibliotecas y almacenes secretos en zonas ocupadas por los nazis. La influencia del grupo llegó incluso a la ocultista Sociedad Thule, que proporcionó materiales para rituales secretos destinados a enviar poder sobrenatural al Tercer Reich.
La Vimana, las máquinas voladoras de los dioses, era una de las tecnologías más deseadas.
Vimanas: Los planos divinos de la India antigua
La palabra "vimana" procede del sánscrito y significa "haber sido medido" o "atravesado". Inicialmente, el término designaba la arquitectura de los templos o los palacios divinos en la literatura védica primitiva
El Ramayana y el Mahabharata, dos antiguas epopeyas indias, contienen descripciones muy detalladas de estos barcos. El Pushpaka Vimana es el más famoso. Vishwakarma, el dios de la arquitectura, la construyó para Brahma. Más tarde, el dios de la riqueza, Kubera, fue su propietario, y luego el rey demonio Ravana se apoderó de él. El Ramayana dice lo siguiente al respecto:
"This stunning vehicle with gold trim shines like the sun. It can go anywhere its owner wants it to, as fast as the wind, and it can make very sharp turns. The amount of space inside it changes depending on how many people are in it, but it can fit them all."
La descripción se centra en cómo el Pushpaka puede cambiar de tamaño para adaptarse a las necesidades de los pasajeros y cómo puede navegar por sí solo siguiendo las órdenes mentales del piloto. La historia de Hanuman en el Ramayana ofrece más información técnica: "Construido por el propio Visvakarma, nadie podía medir su poder... Se erguía en el cielo como un hito en el camino del sol... Conociendo los planes del maestro, podía ir a cualquier parte a gran velocidad, sin que nadie lo detuviera, ni siquiera el propio viento".
La epopeya habla de edificios con muchos pisos y bellamente decorados, habitaciones preciosas y torres con agujas que parecen cimas de montañas. Cuando se utilizan las descripciones de los viajes de la epopeya para calcular la velocidad, parece que los Pushpaka podían viajar más de 2.000 kilómetros en un día, lo que es muy rápido para la antigüedad.
Armas divinas y guerra aérea
El Mahabharata contiene descripciones aún más avanzadas técnicamente, como relatos de combates aéreos que predicen inquietantemente cómo se libran las guerras hoy en día. La epopeya narra el ataque del rey demonio Salva a la ciudad de Dwaraka con su nave voladora Saubha: "Desde el carro Saubha, que puede ir a cualquier parte, mató a muchos valientes jóvenes Vrishni... Su Saubha se aferró al cielo a una legua de distancia. Me lanzó cohetes, misiles, lanzas, púas, hachas de batalla, jabalinas de tres hojas, lanzallamas, sin parar".
Pradyumna, el hijo de Krishna, y el propio Krishna utilizaron armas antiaéreas para destruir la nave de Salva. Las armas utilizadas se describieron de forma que parecían misiles teledirigidos. En el Mahabharata hay más de 41 menciones a Vimanas luchando en el aire.
Las partes más inquietantes son las que hablan de armas que tienen efectos como explosiones nucleares. Una traducción dice: "Gurkha, pilotando una veloz y poderosa vimana, lanzó un único proyectil cargado con el poder del Universo. Una columna incandescente de humo y llamas, tan brillante como diez mil soles, se elevó con todo su esplendor... Los cadáveres estaban tan quemados que resultaban irreconocibles. Cabellos y uñas cayeron
Estos relatos sobre máquinas voladoras, armas de última generación y destrucción a escala nuclear se escribieron miles de años antes que los aviones o las bombas modernas. Existe un gran paralelismo entre la descripción que hace el Corán de los genios que viajan al cielo en vehículos y la de los antiguos asuras (demonios) que utilizaban máquinas voladoras. Esto sugiere que ambas historias proceden de las mismas raíces mitológicas o históricas.
El motor Mercury Vortex
Los sistemas de propulsión vimana basados en el mercurio, llamado "el líquido de los dioses", se describen en textos antiguos. El Samarangana Sutradhara, un libro de arquitectura del siglo XI, habla de volar con mercurio. Interpretaciones posteriores sugieren motores de vórtice de mercurio, dispositivos que crearían empuje moviendo mercurio calentado de un lado a otro.
El mecanismo teórico consiste en calentar mercurio en un recipiente sellado para crear una presión de vapor que hace girar las turbinas. Algunas interpretaciones proponen principios electromagnéticos, en los que el mercurio sirve de conductor en sistemas que producen efectos antigravitatorios. El Vaimanika Shastra, un polémico manuscrito sánscrito, delinea las especificaciones técnicas más completas de tales sistemas.
Sin embargo, una mirada atenta muestra que Pandit Subbaraya Shastry escribió el Vaimanika Shastra entre 1918 y 1923. Según él, obtuvo la información a través de la canalización psíquica del antiguo sabio Bharadvaja. Un estudio realizado en 1974 por el Instituto Indio de Ciencias concluyó que las aeronaves descritas eran "pobres inventos" que mostraban "una completa falta de comprensión de la aeronáutica". Esto no niega las referencias a las Vimanas en textos antiguos auténticos como el Ramayana y el Mahabharata, pero ilustra cómo las interpretaciones contemporáneas pueden tergiversar los conocimientos antiguos.
La fatal obsesión del emperador chino Qin Shi Huang por beber mercurio para alcanzar la inmortalidad como los dioses sugiere una antigua y extendida asociación entre el mercurio y la tecnología divina, aunque la locura y muerte del emperador por envenenamiento con mercurio indica un malentendido fundamental de sus propiedades.
Expediciones nazis y manuscritos antiguos
Los equipos de la Ahnenerbe de Himmler viajaron varias veces al Tíbet y a la India en busca de información sobre los vimanas. La expedición de Ernst Schäfer al Tíbet en 1938-1939 es la mejor documentada. Oficialmente era para realizar investigaciones zoológicas, pero Himmler le dijo en secreto que investigara textos antiguos y conocimientos místicos.
Himmler pensaba que personas que abandonaron la Atlántida hace mucho tiempo construyeron una gran civilización en Asia Central con una capital llamada "Urbe". También pensaba que los monasterios tibetanos guardaban conocimientos de esta cultura perdida. Quería que Schäfer investigara la "Teoría del Hielo Mundial" de Hanns Hörbiger, una idea pseudocientífica según la cual la Atlántida fue destruida por el choque de una luna de hielo.
Los informes dicen que los investigadores de Ahnenerbe encontraron manuscritos en sánscrito en bibliotecas tibetanas que hablaban de tecnología de vuelo y propulsión basada en el mercurio. Equipos de eruditos e ingenieros sánscritos llevaron estos documentos a Alemania para traducirlos y estudiarlos. Uno de los mayores misterios de la Segunda Guerra Mundial es si estos equipos fueron capaces de aportar ideas útiles.
Die Glocke: ¿Investigación nazi sobre la antigravedad?
Die Glocke (La Campana) es el vínculo más interesante entre la antigua tecnología Vimana y la ingeniería nazi. Se dice que es un arma secreta alemana que fue descrita por primera vez en el libro de Igor Witkowski de 2000 La verdad sobre el arma maravillosa. La gente dice que este dispositivo tenía forma de campana, medía unos 4 metros de alto y 3 de ancho, y tenía cilindros que giraban en direcciones opuestas y estaban llenos de un líquido metálico de color púrpura llamado "Xerum 525", que a menudo se denomina "mercurio rojo".
Cuando estaba encendida, la campana tenía efectos antigravitatorios. Algunos investigadores afirman que se fabricó utilizando ideas de antiguos textos sánscritos que hablaban de cómo utilizar el mercurio para mover cosas. La similitud es asombrosa: antiguas Vimanas impulsadas por mercurio
Sin embargo, no hay pruebas documentales de que Die Glocke exista. Los alemanes llevaban registros muy detallados de sus proyectos tecnológicos, pero La Campana no deja ningún rastro documental, lo que resulta extraño para un supuesto gran programa de armamento. Muchos historiadores creen que se trata de un mito de la época de la Guerra Fría o de un error al identificar herramientas industriales como los rectificadores de arco de mercurio que se utilizaban para cambiar la energía eléctrica.
Hubo otros proyectos de aviones avanzados en los que trabajaron los nazis. Los ingenieros Andreas Epp y Rudolf Schriever trabajaron en diseños de aviones circulares en unas instalaciones de Praga. Fabricaron prototipos con forma de disco, pero la Unión Soviética los invadió en 1945 y los destruyó. Estos proyectos mezclaban ingeniería aeronáutica real con diseños extraños, lo que ayudó a extender los mitos sobre los ovnis después de la guerra, pero no podían volar sin gravedad.
Las preguntas sin respuesta
No está claro si los científicos nazis fueron capaces de aplicar ingeniería inversa a la tecnología Vimana. Después de la guerra, el Proyecto Paperclip de Estados Unidos llevó a cientos de científicos e ingenieros alemanes a ese país. Uno de ellos fue Wernher von Braun, que diseñó el cohete V-2. Si se hubieran producido avances en antigravedad o propulsión avanzada, habrían estado entre los secretos más celosamente guardados por Estados Unidos.
En las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial, la tecnología aeroespacial avanzó rápidamente, pasando de los reactores básicos a los alunizajes del Apolo en sólo 25 años. Esto hace que la gente se pregunte si los conocimientos que se recuperaron aceleraron el desarrollo. Los continuos informes de aeronaves inusuales que demuestran capacidades que superan la tecnología establecida incitan a conjeturar que un individuo, en algún momento, logró descifrar principios articulados en manuscritos antiguos.
Sigue siendo cierto que la antigua literatura india habla de máquinas voladoras, guerra aérea y armas de destrucción masiva mucho antes de que la tecnología moderna hiciera posibles estas cosas. Si estos relatos representan recuerdos de tecnología avanzada real, descripciones simbólicas de poder divino o imaginación puramente mitológica sigue siendo uno de los misterios más intrigantes de la historia. Lo que es seguro es que la búsqueda nazi de estos conocimientos ancestrales, por equivocada que sea, demuestra la fascinación perdurable de la humanidad por la posibilidad de que nuestros antepasados poseyeran secretos que aún tenemos que redescubrir.