De la especulación científica a las teorías de la conspiración, pasando por la interesante historia de una de las visiones alternativas del mundo más populares entre la gente.
Lo desconocido siempre nos atrae
Parece imposible que existan enormes zonas de la Tierra que aún no hayamos explorado, sobre todo desde que los satélites cartografían cada metro cuadrado de la superficie y los sumergibles exploran las fosas más profundas del océano. Por otra parte, la teoría de la Tierra hueca sigue vigente y fascina a quienes imaginan enormes mundos subterráneos con civilizaciones avanzadas, que esconden de todo, desde escondites nazis hasta bases alienígenas. Este interés perdurable habla de algo profundo en la naturaleza humana: nuestra interminable necesidad de misterio y nuestra falta de voluntad para aceptar que hemos cartografiado y comprendido completamente nuestro mundo.
La teoría de la Tierra hueca sugiere que nuestro planeta está completamente hueco o tiene grandes espacios vacíos en su interior, a menudo con su propio sol y personas mucho más avanzadas que las que viven en la superficie. En el siglo XVII, científicos serios empezaron a preguntárselo, y ahora es una de las teorías alternativas más populares sobre cómo está hecho nuestro planeta, aunque hay muchas pruebas en su contra.
Cuando la Tierra Hueca era ciencia real: Su historia
La fundación científica de Edmond Halley (1692)
A uno de los astrónomos más famosos de la historia se le ocurrió la idea de la moderna teoría de la Tierra hueca. Edmond Halley, descubridor del famoso cometa que lleva su nombre, sugirió en 1692 que la Tierra estaba formada por una envoltura hueca de unos 800 kilómetros de grosor, con dos envolturas interiores concéntricas y un núcleo más interno, todo ello separado por atmósferas.
La teoría de Halley no era sólo una suposición
En aquella época, esto no se consideraba ciencia marginal, lo cual es asombroso. Halley era un conocido miembro de la Royal Society, y su modelo de la Tierra hueca era un intento real de explicar las cosas que estaban sucediendo con la poca información de que se disponía a finales del siglo XVII.
El fin de la ciencia
La teoría empezó a desmoronarse en el siglo siguiente. Pierre Bouguer la cuestionó por primera vez en 1740, y el experimento de Schiehallion de Charles Hutton en 1774 le dio la puntilla. Los investigadores descubrieron que la Tierra es casi dos veces más densa que Schiehallion, una montaña de las Tierras Altas escocesas, midiendo su atracción gravitatoria. Esto básicamente refuta cualquier idea de grandes espacios vacíos.
El renacimiento americano: John Cleves Symmes Jr.
El defensor entusiasta
Aunque cada vez había más pruebas científicas en su contra, la teoría de la Tierra hueca cobró nueva vida a principios del siglo XIX en Estados Unidos gracias a John Cleves Symmes Jr, un veterano de la Guerra de 1812 que se convirtió en uno de los más famosos defensores de la teoría. En 1818 publicó la Circular nº 1, en la que afirmaba que la Tierra era hueca.
Symmes hizo más comprensible el complicado modelo de múltiples capas de Halley diciendo que la Tierra tenía enormes agujeros en los polos norte y sur - "agujeros de Symmes"- que conducían a una tierra cálida y rica "repleta de vegetales y animales ahorrativos, si no de hombres". Decía que estos agujeros tenían miles de kilómetros de longitud y se curvaban tan suavemente que se podía navegar hacia ellos sin notar el cambio.
Symmes se tomaba muy en serio su teoría. "Prometo mi vida en apoyo de esta verdad y estoy dispuesto a explorar el hueco", escribió, "si el mundo me apoya y me ayuda en la empresa". Su apasionada defensa atrajo seguidores e incluso influyó en algunos políticos para que consideraran la posibilidad de financiar una expedición.
Impacto en la literatura
Symmes nunca escribió un libro, pero muchos otros autores sí escribieron sobre sus ideas. En 1826, McBride escribió "La teoría de Symmes sobre las esferas concéntricas". Más tarde, en 1878, el hijo de Symmes, Americus, publicó "The Symmes' Theory of Concentric Spheres" para aclarar las cosas.
La teoría tuvo un gran efecto en la literatura. Algunos de los primeros ejemplos más famosos son el libro de Edgar Allan Poe de 1838 "The Narrative of Arthur Gordon Pym of Nantucket", el libro de Julio Verne de 1864 "Journey to the Center of the Earth" y el libro de Sir Edward Bulwer-Lytton de 1871 "Vril: El poder de la raza venidera", de Sir Edward Bulwer-Lytton, de 1871.
El legendario mundo de Agartha
De dónde viene en Oriente
El término y la idea de Agartha aparecieron por primera vez en la década de 1870, cuando el escritor y funcionario colonial francés Louis Jacolliot escribió sobre ella en su libro "Les fils de Dieu". Jacolliot dijo haber tenido acceso a antiguos manuscritos indios de 15.000 años de antigüedad que hablaban del auge y caída de la ciudad de Asgartha.
Alexandre Saint-Yves d'Alveydre amplió la idea, y el libro de Ferdynand Ossendowski de 1922 "Bestias, hombres y dioses" la popularizó. Este libro se convirtió en la versión más común del mito de Agartha. La idea pinta Agartha como un reino perfecto en medio de la Tierra, donde una poderosa persona conocida como el Rey del Mundo controla en secreto los acontecimientos de la superficie.
Vínculos entre religión y cultura
Según la mitología hindú, Agartha puede ser el lugar donde viven los nagas. Los nagas son dioses poderosos y mágicos, mitad humanos, mitad serpientes, que viven en los niveles más bajos de la tierra hueca. La idea está estrechamente vinculada a Shambala, que es una parte importante del budismo Vajrayana y de las enseñanzas tibetanas del Kalachakra.
Hindúes, budistas, tribus nativas americanas, celtas y otros pueblos cuentan historias similares sobre cómo surgieron los humanos, razas míticas o dioses que viven en cuevas alejadas del mundo. Las mitologías de todo el mundo tienen en común los reinos del inframundo.
La controversia sobre el almirante Byrd
La persona en la Historia
El almirante Richard E. Byrd fue un auténtico héroe estadounidense y explorador polar. Recibió la Medalla de Honor por ser la primera persona que voló en el Ártico y se convirtió en el almirante más joven de EE.UU. Hizo historia en la Marina cuando sobrevoló el Polo Sur en 1929 a la edad de 41 años. Hay muchas pruebas científicas que avalan sus verdaderos logros en la exploración polar.
El falso "diario secreto"
La gente que cree en la Tierra Hueca dice que el avión de Byrd fue tomado mientras sobrevolaba el Polo Norte y aterrizado por gente del centro de la Tierra en aviones con forma de platillo. Cuando llegó allí, se dice que se encontró con representantes de Agartha que estaban preocupados por cómo la gente utilizaba las bombas atómicas y nombraron a Byrd su embajador.
Pero esta historia se basa en pruebas falsas. Los historiadores nunca han podido verificar el "diario secreto" del que hablan a menudo los teóricos de la Tierra hueca. Parece ser una invención moderna. El Byrd Polar and Climate Research Center afirma que ninguno de los objetos de sus colecciones respalda estas afirmaciones.
No existe ningún registro histórico ni fuente fiable que avale la existencia del diario. Además, los discursos y escritos públicos de Byrd carecen de toda referencia a las teorías de la Tierra Hueca, lo que socava la idea de que creyera en tales fenómenos o los descubriera.
La verdadera Operación Highjump
La verdadera Operación Highjump (1946-1947) fue una expedición real de EE.UU. La Marina envió 13 barcos, 33 aviones y 4.700 personas a la Antártida. No se trataba de buscar escondites nazis o entradas a la Tierra hueca
Pruebas científicas contra la Tierra hueca
Análisis de ondas sísmicas
La sismología aporta las pruebas más convincentes contra la teoría de la Tierra hueca. Los sismómetros de todo el mundo captan las ondas sísmicas que los terremotos envían al interior de la Tierra. La forma en que estas ondas se mueven, rebotan y se curvan demuestra que la Tierra tiene una corteza sólida, un manto semilíquido y un núcleo interno sólido rodeado por un núcleo externo líquido.
Si la Tierra fuera hueca, los patrones de las ondas sísmicas serían muy diferentes de los que vemos ahora. Las ondas sísmicas tardan cierto tiempo en viajar a través y alrededor de la Tierra, lo que no es posible en una esfera completamente hueca.
Las ondas S (ondas de cizalladura) no pueden moverse a través de los líquidos, razón por la cual vemos una zona de sombra de ondas S a unos 103° de los epicentros de los terremotos. Esto demuestra que el núcleo exterior es líquido. Las ondas P pueden atravesar sólidos y líquidos, pero se ralentizan al chocar con el núcleo externo líquido.
Las pruebas de la gravedad
La única forma de explicar la atracción de la gravedad sobre la superficie de la Tierra es con una masa esférica con un núcleo denso. Si la Tierra fuera hueca, las fuerzas gravitatorias no coincidirían con las mediciones realizadas en distintos puntos de la superficie. La distribución de masas necesaria para crear el campo gravitatorio observado sugiere claramente que la Tierra es sólida, no hueca.
Desde el punto de vista de la física, las cosas grandes tienden a pegarse debido a la gravedad, lo que da lugar a esferas que no son huecas. El esferoide sólido es la forma energéticamente más estable. La materia normal no puede sostener una forma hueca del tamaño de un planeta contra la gravedad.
Nuevas tecnologías respaldan la idea de una Tierra sólida
Los satélites modernos y las misiones espaciales han realizado mapas detallados de la gravedad de la Tierra. Los datos de satélites como el Gravity field and steady-state Ocean Circulation Explorar (GOCE) respaldan la idea de que la Tierra es un planeta sólido con diferentes capas.
Los sismólogos observan las ondas de choque que provienen tanto de terremotos naturales como de fuentes artificiales, como las explosiones. La forma en que estas ondas actúan al atravesar distintos materiales demuestra que el interior de la Tierra está formado por envolturas concéntricas: una fina corteza externa, un manto, un núcleo externo líquido y un núcleo interno sólido.
La psicología de la persistencia de la fe
Por qué perdura la teoría de la Tierra hueca
Hay muchas razones psicológicas y culturales por las que la teoría de la Tierra hueca sigue existiendo, a pesar de que hay muchas pruebas científicas en su contra.
El encanto de los reinos ocultos: En nuestra existencia cartografiada y cuantificada, la noción de extensos territorios inexplorados bajo nuestros pies nos proporciona un respiro romántico. Un investigador dijo: "En el siglo XXI, nuestro planeta parece pisoteado, cartografiado desde hace tiempo y, por tanto, despojado de sus mayores misterios".
Desconfianza en la autoridad: Muchas personas que creen en la teoría moderna de la Tierra hueca no confían en la ciencia convencional ni en las instituciones gubernamentales. Creen que la teoría es un conocimiento oculto que "ellos" no quieren que conozcamos.
Necesidades espirituales: Algunas personas que creen en la Tierra hueca piensan que debajo hay una civilización avanzada y pacífica que podría ayudarnos con nuestros problemas en la superficie. Raymond Bernard, partidario en los años 60, escribió que esta "raza más antigua y sabia podría salvarnos de nuestra perdición, deteniendo una futura guerra nuclear y permitiéndonos iniciar una Nueva Era en la Tierra."
Exploraciones modernas y fieles
Es increíble que la creencia siga existiendo en el siglo XXI. Steve Currey, un guía fluvial de Utah, alquiló en 2007 un rompehielos nuclear ruso para dirigir una expedición destinada a encontrar la entrada polar a la Tierra hueca. Se planeó una expedición de seguimiento para 2022, y querían retransmitir su búsqueda en directo en "Hollow Earth TV".
El teólogo Rodney Cluff y otros creyentes modernos afirman que "la cáscara de la Tierra tiene unos 800 kilómetros de grosor, desde el exterior hasta la superficie interior, con un sol interior suspendido en el centro". Estas creencias demuestran lo sólida que es la teoría, a pesar de que los científicos han demostrado que es errónea.
Decir la verdad a partir de la mentira
Lo que realmente sabemos
La estructura real de la Tierra: Los datos sísmicos muestran que el núcleo interno es de hierro y níquel sólidos (unos 1.220 km de radio), el núcleo externo es líquido (unos 2.300 km de espesor), el manto es sólido (unos 2.900 km de espesor) y la corteza es delgada (5-70 km de espesor).
Espacios subterráneos reales: La Tierra no está vacía, pero hay grandes depósitos de agua subterránea. En la actualidad existen enormes depósitos de agua dulce a lo largo de la costa atlántica y zonas ricas en agua bajo volcanes como el cuerpo magmático Altiplano-Puna, en los Andes.
Misterios reales: La "anomalía de Pekín" y otras anomalías sísmicas demuestran que el interior de la Tierra es más complicado de lo que muestran los modelos simples, con lugares donde las ondas sísmicas se ralentizan y amortiguan de forma inesperada.
El riesgo de la información falsa
El auge de los contenidos sobre la Tierra hueca en redes sociales como TikTok demuestra lo poderosas que pueden llegar a ser las historias, incluso cuando no son ciertas. Estas historias a menudo mezclan figuras históricas reales, como el almirante Byrd, con otras inventadas, lo que las hace muy creíbles para las personas que no piensan de forma crítica.
Impacto cultural y nuevas formas de verlo
Libros y películas
La idea de una Tierra hueca ha tenido un gran efecto en la cultura popular. La serie de siete libros "Pellucidar" de Edgar Rice Burroughs, que comienza con "En el núcleo de la Tierra" (1914), cuenta la historia de unos héroes que encuentran un mundo prehistórico a 800 kilómetros bajo la superficie. Este mundo está iluminado por un sol interior constante y en él viven dinosaurios y pterosaurios evolucionados.
"NEQUA or The Problem of the Ages" (1900) fue una de las primeras novelas utópicas feministas en utilizar la teoría de Symmes para explicar su escenario.
Movimientos religiosos y secretos
Diferentes grupos secretos han añadido Agartha a sus creencias. La Orden del Templo Solar creía que los maestros ascendidos vivían en Agartha, una avanzada civilización subterránea. Esto provocó terribles sucesos como asesinatos-suicidios en masa en la década de 1990.
Muchos grupos teosóficos creen en la Gran Logia de Agartha, de la que se dice que está formada por maestros ascendidos que dirigen en secreto los acontecimientos mundiales desde su hogar subterráneo.
Conclusión: La fuerza duradera de lo desconocido
La teoría de la Tierra Hueca es una parte interesante de la historia del conocimiento humano, ya que ha pasado de ser una especulación científica real a una pseudociencia completamente falsa que sigue teniendo fieles seguidores. Su persistencia revela aspectos significativos de la psicología humana: nuestra necesidad inherente de asombro, nuestra fascinación por el conocimiento oculto y nuestra relación, a veces incómoda, con la autoridad científica.
La teoría de la Tierra Hueca no es científicamente sólida, pero demuestra lo curiosa y asombrada que puede llegar a ser la gente. La continua intriga en torno a estos conceptos constituye en última instancia un mito en el contexto de la ciencia contemporánea.
La evolución de la teoría desde la conjetura académica de Halley hasta la teoría de la conspiración contemporánea ejemplifica la capacidad de autocorrección del método científico. Lo que una vez fue una hipótesis plausible ha sido refutada de forma concluyente por los avances en sismología, medición gravitacional y nuestra comprensión de la formación planetaria.
Pero quizá merezca la pena mantener algunas cosas un poco misteriosas. Nunca deberíamos dejar de utilizar el pensamiento crítico o el rigor científico, pero la imaginación humana que da lugar a historias sobre mundos ocultos y civilizaciones subterráneas avanzadas también conduce a descubrimientos científicos reales. Algunas personas creen en una Tierra hueca porque sienten curiosidad, y esa misma curiosidad ha impulsado a auténticos exploradores a aprender más sobre el mundo.
Un investigador dijo: "Agartha es uno de esos muchos casos en los que los hechos feos se interponen en el camino de una bella historia". El reto para la sociedad moderna es aprender a apreciar la belleza de los descubrimientos científicos reales sin dejar de ser escéptica ante las afirmaciones que no están respaldadas por pruebas.
En esta época de exceso de información, la teoría de la Tierra hueca es un recordatorio muy importante de lo importante que es comprobar las fuentes, pensar de forma crítica y saber leer y escribir científicamente. Puede que la Tierra bajo nuestros pies no tenga ciudades de cristal ni civilizaciones avanzadas, pero la historia real de cómo se formó nuestro planeta y cómo funciona es tan asombrosa como cualquier fantasía sobre la Tierra hueca. Los científicos lo han aprendido gracias a las ondas sísmicas, las mediciones gravitacionales y la observación minuciosa.